El cierre parcial de la rotonda de La Parellada, en la comarcal C-245 a su paso por Sant Boi, como consecuencia del avance de las obras de construcción de la futura autovía B-25, ha pasado este martes su primera prueba de fuego en hora punta sin generar el monumental atasco que podría presagiarse, aunque las colas han vuelto a ser la tónica habitual en los viales que atraviesan o conectan con el municipio. Los intensos atascos han vuelto a castigar las autopistas C-32 y A-2 y la propia C-245 aunque sin la aparatosidad de la semana pasada.
Tal y como adelantó El Llobregat el pasado jueves, cuando la intervención del Ayuntamiento de Sant Boi logro frenar que la rotonda se cerrara en dirección a Cornellà al día siguiente prácticamente sin previo aviso, la limitación de movimientos en la glorieta ha reducido paradójicamente el impacto global de las restricciones en el tráfico. Al obligarse a todos los vehículos de la C-245 que entran en La Parellada a tomar el ramal de conexión con la C-32 en dirección a Castelldefels, se ha descorchado parcialmente el tapón de la glorieta, aumentando la fluidez en la comarcal, aunque sin acabar con las largas y habituales caravanas de primera hora de la mañana. La explicacióna tan extraño fenómenio es que las medidas de la semana pasada eran provisionales a la reordenación de la glorieta que era la solución menos lesiva del avance de lps trabajos de la B-25.
Al cerrarse la rotonda, se ha reabierto de forma permanente la salida 53 de la C-32 en dirección a Sant Boi, que dispone de un ramal de un carril que conecta directamente con la C-245 en dirección a Cornellà, salvando por un lateral el bloqueo de La Parellada. En este vial secundario también convergen los vehículos que utilizan el recién estrenado viaducto de conexión de la calle Alacant para acceder a la C-32, en dirección a Barcelona, desde el centro de Sant Boi, y al que puede llegarse desde la Riera Roja (continuación de la Ronda de Sant Ramon) y desde la avenida de la Marina, y por tanto, de la carretera del Prat (C-31C). El enlace de la calle Alacant es la alternativa más fiable para evitar los atascos en toda la zona, según fuentes municipales.
La dirección general de Trànsit de la Generalitat de Cataluña ha explicado que los peores momentos se han vivido entre las 7.00 y las 9.00 horas, con retenciones kilométricas en la C-32 (entre Gavà y Sant Boi), aunque menos intensas que en días anteriores. También ha habido problemas y caravanas en la A-2 (desde Pallejà hasta Sant Feliu, con lentitud hasta el enlace a Sant Boi), en la C-245 -entre Sant Joan Despí (ramal de la A-2) y La Parrellada- y en la C-31 entre Viladecans y El Prat. A media mañana, la fluidez era la tónica dominante aunque con algunas retenciones esporádicas.
Según las fuentes consultadas por El Llobregat, el hecho de que se haya evitado un colapso viario tan radical como los de la semana pasada se debe en buena medida a que se ha dado “tiempo suficiente” a los usuarios de la rotonda de La Parellada a plantearse “rutas alternativas” (lo que no hubiera sido posible si la rotonda se hubiera cerrado el pasado viernes) y también a que la señalización provisional colocada en los accesos a la temida glorieta y en la plaza Europa de Sant Boi (que sugieren evitar La Parellada y desviarse por la carretera del Prat y la calle Alacat) ha sido “muy efectiva”.