Lo rutinario solemos despacharlo sopesando las diferentes opciones y decidimos sin darle mayor trascendencia a las respuestas. No siempre acertaremos, pero eso forma parte del aprendizaje y del crecimiento personal.
Lo complejo, lo que convierte a nuestras preguntas en verdaderos retos de incuestionable dificultad, es lo que tiene que ver con las dudas e incógnitas que nos planteamos cuando nos convertimos en el sujeto de la búsqueda de respuestas a nuestra inseguridad, a los miedos y temores que nos atenazan hasta convertirnos, a veces, en personas desorientadas y vulnerables porque nos cuesta encontrar respuesta a una pregunta que interpela al interior de cada uno de nosotros: ¿Quién soy yo?
Posiblemente, en etapas concretas de nuestra vida, la asunción de muchas responsabilidades acumuladas por la condición de ser padres, el cuidado de nuestros mayores, la convivencia con nuestras parejas…o la soledad buscada o sobrevenida…todos estos factores pueden hacer que afloren con más intensidad nuestras inseguridades y pasemos a cuestionarnos casi todo lo que hemos de afrontar, incluso nuestra propia identidad. Y, a partir de la evidencia de que encontraremos obstáculos que puedan agobiarnos y acrecentar nuestras dudas y dificulten la toma de decisiones, también hemos de aceptar que no todos los problemas tienen solución, o al menos no la que desearíamos, y entonces habrá que desarrollar una capacidad de ACEPTACIÓN, que no conformidad obligatoriamente, para adaptarnos a los cambios que nos imponen las nuevas situaciones que aparecen en nuestras vidas.
Y la “magia” no nos resolverá las disyuntivas a las que nos enfrentaremos, ni el dolor que sentiremos ante las pérdidas y ausencias de aquellos a los que amamos…habremos de ser nosotros mismos quienes, aceptando la cara menos amable de la vida y apoyándonos en nuestro entorno de convivencia, consigamos ser más tolerantes con nuestro YO y así, al reforzar la autoestima, nos sentiremos más capaces y empoderados para seguir adelante.
O podríamos hacer como los koalas: comer y dormir. Solamente. Así todo sería más fácil…pero nos perderíamos la vida.
La Dra. En Psicología Ángela de la Rosa, autora de los libros ‘El reino del Saber y sus secretos. Claves para el desarrollo personal’ y ‘Pensar no está de moda y los cuentos, cuentos son’, cierra con ‘¿Quién soy yo?’ una trilogía en la que superar las incertidumbres y contradicciones que nos envuelven a los seres humanos, y nos hacen dudar de nuestra propia identidad, es la idea central de una historia que agita nuestro mundo interior para obtener respuestas a los interrogantes que, en momentos cruciales de nuestra vida, nos planteamos con la esperanza de obtener respuestas que nos ayuden en nuestro recorrido vital.
Y lo hace con el mundo de la Magia como escenario que acoge a una pléyade de personajes en los que se apoya y sobre los que construye una trama alrededor de su protagonista, Maia/Nelia, una princesa que se busca a sí misma y confía la resolución de sus conflictos personales a las Hadas y a los seres mágicos, como Sabiduría e Inteligencia, que habitan su mundo. El País de las Amazonas y el Reino del rey Ego son los espacios en los que, aparentemente, se encuentra la respuesta que anhela hallar la princesa para resolver el interrogante que se plantea: ¿Quién soy yo?
Tal vez no hay una sola respuesta y para aceptarnos tal como somos, con nuestras fortalezas y nuestras debilidades, lleguemos a concluir que la vida es cambiante y que, como dice Maia: “La vida siempre tiene sorpresas y debemos adaptarnos a ellas.”
Una afirmación que seguramente compartimos l@s lector@s empedernid@s. III