Castelldefels

Hallados en Castelldefels los restos de un cérvido de 90.000 años

Miércoles 23 de julio de 2014
Se trata de los primeros restos que se encuentran de esta especie en la península ibérica.

El alcalde de Castelldefels, Manuel Reyes; el concejal de Cultura y Universidades, David Grau; los investigadores de la UB, Montse Sanz y Joan Daura; y el catedrático y director del SERP, José Mª Fullola, han presentado hoy en el Salón de Plenos del consistorio los restos de un cérvido de hace 90.000 años. El hallazgo de esta especie de cérvido actualmente extinguida y de la que no se tenía ningún conocimiento en la Península Ibérica se ha hecho en el yacimiento de la Cueva del Rinoceronte de Castelldefels, donde se han encontrado los estos de una cría de elefante de más de 100.000 años de antigüedad. Recientemente, la revista de la Academia de Ciencias de Francia Comptes Rendus Palevol ha publicado el hallazgo de una especie de cérvido, actualmente extinguida, en el yacimiento de la cueva del Rinoceronte de Castelldefels (Garraf). Esta especie, de la que no se tenía conocimiento en la Península Ibérica, pertenece la familia del ciervo actual y vivió en el Pleistoceno hace 90.000 años. Conocida como Haploidoceros mediterráneos, hasta ahora sólo se habían identificado restos en dos yacimientos del sureste de Francia. El alcalde ha avanzado que se adecuará un espacio municipal como exposición permanente de los restos encontrados a la Cueva del Rinoceronte.

El catedrático de Prehistoria, Josep Maria Fullola, ha destacado la importancia del hallazgo: “el descubrimiento del cèrvid de Castelldefels ha tenido un gran eco internacional entre la comunidad científica”. Joan Daura, uno de los investigadores de la UB que han encontrado los restos, ha destacado la importancia del yacimiento de la Cueva del Rinoceronte puesto que “la sociedad conoce perfectamente las especies de momentos fríos como el Mamut Llanut, pero la fauna de la costa mediterránea es muy desconocida y gracias a estos hallazgos se podrá saber qué especies existían antes de la glaciación en Europa”.

Para la otra responsable de la excavación, Montse Sanz, “en la cueva se ha excavado el 40%; calculamos que hay restos de entre 80.000 y 200.000 años de antigüedad. El yacimiento de la Cueva del Rinoceronte se ha convertido en un lugar muy importante por el conocimiento de esta nueva especie hasta ahora desconocida a la Península Ibérica”. Para Sanz “la clave científica de nuestro hallazgo es que demuestramos que el cèrvid Haploidoceros mediterranius no se extinguió, como se pensaba en función de los únicos restos que se habían encontrado hasta ahora, en dos yacimientos de Francia, que son de 400.000 años de antigüedad. Nosotros demuestramos que todavía existía hace 90.000 años.”

El Haploidoceros mediterráneos tiene unas dimensiones más pequeñas que el ciervo actual. El rasgo más significativo, y que lo diferencia del resto de cérvidos, son los cuernos: muy grandes, pesados y con tan sólo dos puntas cada una. La punta más grande y principal de cada cuerno tiene un perfil en forma de hoz, curvada tanto hacia atrás como lateralmente, de ahí el nombre de Haploidoceros (del griego haploides, “forma simple”, y ceros, ”cuernos”).

La Cueva del Rinoceronte
La Cueva del Rinoceronte es un yacimiento paleolítico con una larga secuena cronológica, que comprende desde 80.000 hasta 200.000 años atrás. Desde 20, excavan investigadores del SERP y del GRQ de la Universidad de Barcelona, y hasta ahora, el espacio ha proporcionado una gran cantidad de restos de fauna del Pleistoceno que nos permiten conocer cómo era el medio natural en los momentos más cálidos anteriores a la última glaciación.

En el año 2012, se descubrió una cría de elefante completa, así como numerosos restos de tortuga mediterránea. Si bien la fauna de la última glaciación, como el mamut o el rinoceronte lanudo, es bien conocida, la fauna anterior a este periodo que había vivido en la costa del litoral catalán lo es menos. El descubrimiento de una especie desconocida hasta ahora en la Península Ibéricaconvierte la Cueva del Rinoceronte en uno de los yacimientos más importantes para conocer la evolución y la extinción de la fauna durante la prehistoria. El hallazgo certifica un posible origen del Haploidoceros mediterráneos en la Península, así como el hecho de que fue un cérvido probablemente común a ambos lados de los Pirineos.

Toni Casals||