Muchas veces nos quejamos de que los políticos tienen una visión cortoplacista y así, continuamos, no toman medidas a largo plazo porque quieren resultar reelegidos cada cuatro años. El Govern de L’Hospitalet parece que ha roto esta dinámica al liderar un proceso para decidir cómo será la ciudad en 2025.
Después de una primera gran transformación de la ciudad en los años 80 y una segunda en los 90, llega la hora de la tercera, bajo el lema ‘L’H on. El futur per endavant’.
El objetivo, en palabras de su alcaldesa, Núria Marín, convertir al segundo municipio más poblado de Catalunya en una ciudad con “plena ocupación, calidad de vida y más culta” en 2025. Para ello, existía la opción de encargar un informe a una consultora, con los miles de euros que eso podría costar, o matar dos pájaros de un tiro: fomentar la participación ciudadana y no crear ninguna partida de gastos extraordinaria, como aseguran que han hecho desde el Consistorio.
Y es así como comenzó hace ocho meses la tarea de recabar la colaboración de personas e instituciones, entre 6.000 y 7.000 según fuentes del Ajuntament, de forma presencial o virtual. Y es así como se ha podido presentar, hace unos días, el documento con las conclusiones de todo el proceso. Documento que servirá para definir las líneas estratégicas del Govern para los próximos años y para realizar el seguimiento de las mismas por parte del Consell de Ciutat, órgano de participación ciudadana que se constituyó el mismo día de presentación del informe.
Los principales ámbitos donde se trabajará son economía, cultura y convivencia, y los criterios de selección de los proyectos, según dejó entrever la alcaldesa en un encuentro informal con periodistas, han sido la singularidad u originalidad, la especialización para poder destacar frente al resto de competidores y el aprovechamiento de “lo que ya tenemos”. Los temas concretos pueden encontrarse en la web de L’H on , en la sección de documentos de interés, de momento sólo disponible en catalán.
Es verdad que 7.000 personas no suponen ni el 3% de la población total del municipio pero, dados los tiempos que corren, la estadística no debería ser el único baremo a tener en cuenta. Es decir, no se puede decir que se trate de un proyecto estrictamente colectivo, pero tampoco parece razonable el silencio de los partidos de la oposición, como si el proceso no fuera con ellos. Porque su pasividad oficial hace desconfiar al ciudadano: mira que el 2025 queda muy lejos, ¿qué pasará si los socialistas no ganan las próximas elecciones municipales? ¿Se cambiarán las prioridades? La alcaldesa insiste en que “ha de ser un proyecto de ciudad”, que “necesitamos la suma”, pero, como se suele decir, del dicho al hecho hay un trecho.
En todo caso, parece justo reconocer que se trata de una buena iniciativa: porque intenta movilizar a los vecinos, demasiado acostumbrados a que otros decidan por ellos, y porque intenta mirar más allá del día a día, en unos tiempos donde lo urgente parece engullir lo importante. ¿Cómo será L’Hospitalet del 2025? No lo sé, pero lo que es seguro es que será fruto de las acciones y omisiones de todos.||
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