Opinió

Redefiniendo el pluralismo político

Eva Jiménez Gómez | Miércoles 23 de julio de 2014

Las pasadas elecciones europeas y el pleno del Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat del mes de mayo nos han dejado dos ejemplos bastante lamentables de cómo entienden los partidos el pluralismo político.



 No parecen conscientes de que este resulta imprescindible para poder ampliar nuestra visión de la realidad y, de este modo, tomar las decisiones más convenientes. O tal vez lo saben demasiado bien y, por eso, se esfuerzan por controlar lo que difunden los medios de comunicación local.  

Vayamos por partes. Llegan las elecciones europeas y el Partido Popular de L’H presenta una queja al Consell Audiovisual de Catalunya porque considera que la información emitida por la televisión municipal no ha informado adecuadamente sobre un mitin  electoral. En concreto, sostiene que no se ha respetado “el pluralismo político” puesto que no se ha garantizado “el cumplimiento del acuerdo sobre los bloques electorales”. Para quien no lo sepa, los “bloques electorales” se refieren al tiempo que los medios públicos dedican a la información de los partidos políticos durante la campaña electoral, en función del número de votos obtenidos en las últimas elecciones equivalentes. La Ley Orgánica de 1985 del régimen electoral sólo obliga a repartir proporcionalmente los espacios de propaganda electoral, no la información, pero los partidos han ido presionando a la Junta Electoral Central y han convertido la costumbre en ley.

Total, que busco en internet el informativo del 13 de mayo y, oh sorpresa, los periodistas locales han cubierto la información del mitin del PP y, en pieza aparte, mencionan que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se ha manifestado delante del lugar donde hacían campaña los populares. O sea, que el pluralismo político para el Partido Popular significa que sólo se puede informar de lo que les favorece, nada de lo que les perjudica, por mucho que refleje diversidad de opiniones. Vaya, vaya.

Por otro lado, en el pleno del pasado 27 de mayo se aprueba el Reglamento orgánico de organización y funcionamiento de los servicios de comunicación municipales con el fin de garantizar el pluralismo político, entre otras cuestiones. La primera pregunta que me viene a la cabeza: ¿y por qué tienen que aprobar los políticos unas normas de funcionamiento de unos servicios que, se supone, desempeñan profesionales independientes? La segunda: ¿y no están reconociendo, al aprobarlo, que los medios locales carecen de pluralismo? Después observo que sólo han votado a favor de su aprobación los partidos del gobierno (PSC y ICV-EUiA). ¡Esto es el verdadero pluralismo político, claro que sí! Y parece que no sólo lo pienso yo. Anabel Clar, de Convergència i Unió, ha afirmado: “Esperábamos que primaría la imparcialidad y el criterio periodístico y no el político en este reglamento, pero una vez más prima el poder político”. Hasta el Partido Popular se ha animado y ha lanzado una nota de prensa donde explica que uno de los motivos de su rechazo es, precisamente, la “falta de pluralidad”.

Sinceramente, no me extraña que la ciudadanía haya apostado por nuevos partidos y nuevas caras en las elecciones del pasado 25 de mayo. No me extraña, pues quienes deberían velar por el pluralismo político son precisamente quienes se dedican a boicotearlo. Es por ello que propongo una nueva definición de pluralismo: “Sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones, siempre que sean acordes al pensamiento del grupo o grupos que ostentan el poder”. A ver si me la acepta la RAE.