Joan Carles Valero | Miércoles 17 de septiembre de 2014
El Auditori de Cornellà había acogido hasta la pasada temporada la programación del Petit Liceu, en la que se han iniciado en el espectáculo total que es la ópera muchos niños de la comarca, entre ellos mi hija.
En ese escenario recuerdo la memorable adaptación de Comediants de “La Petita Flauta Màgica”, “El Superbarber de Sevilla”, “La Ventafocs” o “Petruixka”, espectáculos familiares para todos los públicos a partir de los 6 años. Pero tengo que darles la mala noticia de que esta temporada el Petit Liceu se ha caído del cartel del Auditori, precisamente cuando este escenario de Cornellà cumple veinte años. ¿Cómo puede haber pasado cuando el Gran Teatre cumple 15 años de su reinauguración? Les adelanto que la culpa ha sido del maldito parné.
He tenido el honor de asistir a una cena en el Salón de los Espejos del Liceo donde se han presentado los actos con los que se celebrarán los 15 años de la reinauguración del coliseo, en octubre de 1999, después del incendio que lo redujo a cenizas en enero de 1994. Su director general, Roger Guasch, afirma que en aquel trágico momento, el buque insignia de la lírica española “se reinauguró con el deseo de ser el Liceu de todos”, volviendo a nacer con un mensaje de optimismo a la sociedad que hizo posible su reconstrucción. Los actos de aniversario se han diseñado bajo el lema “Tots som Liceu”. Y así era también en el Baix Llobregat, gracias a la programación del Petit Liceu.
Lamentablemente, esta temporada va a ser la primera que el público familiar de la comarca no asistirá a las matinales de ópera infantil en el Auditori. La causa, como apuntaba arriba, es económica. En el Gran Teatre del Liceu me dicen que no podían mantener durante otra temporada más el pago del alquiler del Auditori, al que se sumaba el porcentaje de taquilla habitual que suele exigirse por parte de los teatros, entre otras razones, porque el dinero que el coliseo barcelonés desembolsaba cada año por el uso de la sala era el déficit que generaba el Petit Liceu. Me aseguran que si en Cornellà se hubieran conformado sólo con el porcentaje de taquilla, esta temporada seguiría la programación familiar que ahora sólo se podrá ver en Sant Cugat. ¿La avaricia acaba por romper el saco o es falta de sensibilidad? No sé qué es peor.
Big data de uso ciudadano
Hasta aquí la mala noticia de que hemos perdido oportunidades de acceso a la cultura. La buena la encontramos en Gavà. Este verano, su Ayuntamiento ha puesto en marcha un nuevo portal de datos abiertos (Gavaobert.gavaciutat.cat) en un alarde de transparencia encomiable que estoy seguro que va a contagiar o debiera contagiar al resto de municipios. La filosofía de esta iniciativa que utiliza la plataforma de la empresa estadounidense Socrata, no es otra que facilitar que cualquier ciudadano pueda manejar los datos de su municipio sin necesidad de ser un experto y sin limitaciones técnicas. Es el Open Data total y no parcial, como ocurre en algunas webs locales que ofrecen información segmentada, filtrada o incompleta. Lo que en roman paladino son datos cocinados o manipulados.
En Gavà se puede acceder a gráficos, calendarios, mapas y programaciones y conocer con facilidad los gastos municipales, factura a factura, saber cuáles son los proveedores del ayuntamiento y lo que ganan los concejales y la mismísima alcaldesa. En definitiva, gracias a la nueva herramienta abierta se accede a toda la información económica y financiera de la que dispone cualquier edil. Los sueldos de los políticos, de los cargos públicos y de los trabajadores municipales que aparecen en el apartado “Gastos de personal 2014”, es uno de los aspectos que más puede interesar a la población. Pero más allá del morbo, estoy seguro que tamaña e ingente volumen de información ayudará a los emprendedores a conocer el terreno que pisan.
Otra de las singularidades de la iniciativa es que los datos se pueden filtrar, analizar, exportar o insertar en webs externas. Es decir, se puede “jugar” con ellos. En suma, se trata de una información puesta al servicio de todo el mundo sin precocinar, porque el origen de los datos es lo que el profesor Francisco Longo, de Esade, califica de “información en crudo, extraída de modo automático del aplicativo municipal de contabilidad, sin intervención humana alguna”. Para este experto del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de la escuela de negocios de los jesuitas, con esta iniciativa los gobernantes de Gavá corren algunos riesgos. Pero “demuestran haber entendido que las administraciones actuales tienen que renunciar a poseer como propio aquello que nunca fue suyo”.
La sorpresa del cuñado
Para ejercicio de transparencia, la espontánea declaración de Francesc Cabana, cuñado de Jordi Pujol, al asegurar que “mi mujer (hermana del ex president) y yo desconocíamos por completo la herencia” que el hasta ahora molt honorable había mantenido oculta en el extranjero durante 34 años. El abogado e historiador es uno de los mayores expertos sobre la burguesía catalana de los siglos XIX y XX y es el autor del libro “L’Hospitalet i Baix Llobregat: Una història empresarial”. La obra se presenta el 29 de septiembre en el Hotel Porta Fira de L’Hospitalet para conmemorar el sexto aniversario del Fòrum Empresarial del Llobregat, promovido por la patronal AEBALL.
En el libro, Cabana pone en valor la labor de las empresas de nuestro territorio y relata con nombres y apellidos el desarrollo industrial de una de las zonas más importantes de Cataluña y, por extensión, de España. Aunque el día elegido para la presentación sea el de la fiesta de los tres arcángeles (San Miguel, San Gabriel y San Rafael), Francesc Cabana no podrá encomendarse a los capitanes celestiales para evitar que el acto se transforme en un nuevo ejercicio de transparencia frente a la ópera bufa que nos ofrece su cuñadísimo.