Los casos de ‘bullying’ han disminuido en la última década en tres puntos siendo ahora del 10’4%. Aún así, según una observación judicial, los casos que hay se habrían agravado por el uso de dispositivos móviles
Solo los casos más graves llegan a la justicia y se estima que menos del 30% de los menores explican sus casos en casa. El ‘bullying’ sigue siendo –en la sombra- la realidad de muchos jóvenes. Por ello, especialistas en distintas materias del sector educativo, judicial y política han participado en unas jornadas organizadas por ESADE Law School con tal de mejorar la coordinación entre instituciones y comunidad educativa para luchar contra el ‘bullying’.
El objetivo fundamental es erradicar hasta la mínima expresión el maltrato psicológico entre estudiantes en centros educativos. Actualmente, se calcula que la tasa de ‘bullying’ es del 10’4%, un dato que habría disminuido en tres puntos en la última década.
Sin embargo, según los especialistas judiciales, los casos que hay también son más graves que antes por el uso de dispositivos móviles. Por ello, además del objetivo primordial de luchar contra este tipo de violencia, urge hacerlo con inmediatez. Según el juez David García, el ‘bullying’ afecta no solo a las víctimas sino también a compañeros, al personal docente y al propio centro. “Lo relevante ante este tipo de casos de maltrato es la persistencia, que el acoso se repita en el tiempo, y que hayan compañeros tratados como diferentes por ser más débiles o por cualificados o valiosos”, exponía García. En este sentido, para la fiscal de menores, Carmen Portolés, los efectos son “desastrosos para los que lo sufren, llegando al absentismo y el fracaso escolar. […] Urge una respuesta rápida por parte de los docentes para evitar entrar en este túnel negativo”.
Para la resolución de muchos de los casos, la mediación es fundamental. Al final, el objetivo no es castigar a los menores mediante la justicia sino reeducar; de hecho, no se imponen penas sino medidas. En cualquier caso, para fortalecer esta mediación y así reducir las actuales tasas de maltrato escolar (afectan en todo tipo de centros, al margen de su titularidad y nivel socioeconómico) se debe mejorar la coordinación entre los diferentes actores implicados, una de las conclusiones destacadas de las jornadas.