El entrañable Xavier Trias

Xavier Trias, alcalde de Barcelona, se hace de querer. Independientemente de su ideología política, en la que yo no me meto, su forma de hablar es digna de un entrañable abuelo con el que te ríes cuando suelta alguna de sus citas “muy directas”, pero graciosas.


Y es que no tiene escrúpulos para soltar frases como “nosotros podemos ayudar siempre a la Generalitat, pero luego cobrando. Avanzamos dinero, pero lo tenemos que recuperar”.

En el Dinar Cambra, además de hablarnos de la reactivación de la economía y de la necesidad de generar empleo, Trias ha tachado de “desastre” que más de 100.000 personas estén aún desempleadas, aunque 8.000 ya hayan encontrado trabajo. Pero más penoso es todavía que Barcelona sea una ciudad socialmente innovadora y se esté echando a la gente de sus casas. Bien, ante esto el alcalde barcelonés ha remarcado que “ninguna familia puede perder su casa, pero si la pierde le garantizamos alojamiento”. ¡A ver si es verdad! Y es que las palabras simpáticas se las lleva el viento y más en tiempo de precampaña electoral. Se avecinan tres meses en los que acabaremos cansados de leer y oír: “En mi próximo mandato haré”.

Remarcando su personal dicción con “r” le ha recordado al Sr. Montoro que como el turismo es lo que genera más empleo y ventas en Barcelona, que se replanté hacía donde va la recaudación del IVA que propicia este sector. Trias es ahora más directo que antes. La prueba está en que alcalde convergente ha confesado el error de que el “Ayuntamiento no fue valiente al adelantarse a la Generalidad en poner una tasa turística”.

Entre bromas, hemos comido en la histórica y emblemática sala de contrataciones de la Llotja de Mar de la Cámara de Comercio de Barcelona, donde el lujo no es pequeño y más si miras el dorado techo. Los peros los reservamos al menú, con un primer plato escaso que te invitaba a comer los bollos de pan a lo gordo y es que gracias a mis gafas pude ver la sopa de pan negro que integraba una diminuta tostada.