Dayana García Blas | Miércoles 18 de marzo de 2015
El barrio Albarrosa en Viladecans sigue manifestándose, cada lunes, en contra de la implementación de una antena de telefonía móvil, un proyecto que avanza paulatinamente por la carente respuesta resolutiva del Ministerio de Industria, Energía y Turismo para evitar la construcción de la estación base de telefonía en el antiguo Casino.
La polémica vuelve a originarse, según Bernabé Fernández, vicepresidente de la asociación, porque “el Ayuntamiento ha dado un permiso de obra a Vodafone para hacer las marcas en el suelo y así proceder a la canalización para llegar con la fibra óptica hasta el Casino”. La administración municipal responde desde su gabinete de prensa para aclarar que las marcas realizadas por la operadora de telefonía “no significa necesariamente que se vaya a instalar la antena”, remarcando que las catas se establecen, únicamente, para conocer la calidad de la línea móvil.
El Ayuntamiento de Viladecans se declara en contra de la instalación de la antena e inhabilitado ante la situación, porque la decisión definitiva la tiene el Gobierno central. Así lo explica la Ley de Telecomunicaciones de 2014. Ante el enigma, los vecinos apuestan por mantener letreros en sus hogares y coches, así como recogen firmas para evitar la instalación. Ya cuentan con 1.000, y no bajan el ánimo aunque crean que “el escrito que se envió al Ministro de Industria es una tontería que no llega a ningún lado”, aclara Bernabé. El mismo portavoz vecinal afirma que muchos vecinos se están dando de baja de Vodafone a consecuencia de la antena móvil.
Bernabé destaca sentirse “engañado”, ya que según los ingenieros, la antena móvil sería pequeña como la que está situada en la zona de la Montserratina. Sin embargo, la realidad es otra y la estación no mediría dos metros y medio, sino ocho metros de altura y cuatro de diámetro. Desde la asociación, también se remarca que Viladecans cuenta ya con más de 30 antenas, por lo que no es necesario instalar otra nueva en un barrio que se siente “abandonado de la mano de Dios”. La administración local de Viladecans cree que “es inadecuado el enclave de una antena en este punto, dado su sistema de equipamientos comunitarios, su entorno de viviendas y la proximidad de un equipamiento sensible como es una residencia geriátrica”. Por otro lado, Bernabé apunta que “la antena no la necesitamos nosotros, sino las nuevas empresas” que están viniendo al municipio en la zona de Ca’n Alemany, el Outlet y la Plataforma logística de Desigual.
Marianao se suma a la protesta
Viladecans no es el único municipio del Baix Llobregat que lucha en contra de las antenas de telefonía móvil. La Asociación de Vecinos de El Poble Marianao, bajo la Plataforma contra las Antenas de Sant Boi, hace un llamamiento a los residentes en la calle Antonio Rubió i Lluch nº 9, para que suspendan el acuerdo con la operadora que pretende instalar las antenas en la terraza del edificio. La actual Ley de Telecomunicaciones permite a las operadoras implantar de forma libre, con previo acuerdo con la comunidad, estaciones de telefonía móvil “sin control de las administraciones”, aclara la Plataforma, añadiendo que “el edificio podría recibir una cantidad de dinero a cambio de ceder su terraza, sin valorar el impacto en la salud”. Desde la Asociación se solicita al Ayuntamiento de Sant Boi que intervenga ante la “alarma ciudadana generada por la instalación de la antena”, y que siga los pasos de la administración de Viladecans, que ha mostrado su disconformidad con la Ley de comunicaciones. III