El Tema

La Policía blinda nuestro territorio frente a la amenaza yihadista

Imanol Crespo | Miércoles 18 de marzo de 2015
Mossos d’Esquadra aumenta en un 52% su presencia policial en el Mobile World Congress obligados por el miedo a un atentado



La organización de un macro evento como el que representa el Mobile World Congress representa toda una serie de retos para la ciudad anfitriona, en este caso, L’Hospitalet. Mobilidad, organización, bienestar, pero también, seguridad. Debería ser una parte complementaria de la feria, sin protagonismos, lejos de acaparar ninguna atención. Sin embargo, este año el contexto ha sido, aún si cabe, más importante que la feria.

Contexto alarmante
Las últimas informaciones sitúan a Cataluña, a través de una herramienta pionera del Ministerio de Interior, como la comunidad donde más probabilidades hay de producirse una radicalización de musulmanes.

Por otro lado, hechos más concretos apuntan a Barcelona y su área metropolitana como otro nexo influyente del movimiento radical que promueve el Estado Islámico. Una cuna del yihadismo que amplía la amenaza en el territorio aún más tras los atentados ocurridos en París y Copenhague donde individuos radicales deciden tomarse la justicia por su mano. Por si fuera poco, el Aeropuerto de Barcelona – El Prat se ve como una puerta de acceso a Oriente Medio, sobre todo, para los yihadistas franceses ya que el país está completamente hermético. Así, los extremistas prefieren cruzar la frontera y desde el aeropuerto pratense volar hasta Turquía, desde donde acceden a Siria.

Con este contexto, la seguridad del Mobile World Congress y de todo su alrededor ha sido este año, en su décima edición, del todo excepcional. Es incuestionable que, conociendo el modus operandi del EI, en donde la comunicación y el espectáculo es también una de sus armas para generar miedo y amenaza, el MWC (así como otras grandes ferias internacionales) representa un buen escaparate para llegar a todas las almas occidentales del mundo. Además, de organización estadounidense, el máximo ‘rival’ en la guerra particular yihadista.

Así, Mossos d’Esquadra desplegó hasta 2.600 agentes policiales entre los cuatro días de congreso, un 52% más que el año pasado. Pero no solo esto. “El Plan Director de Seguridad lo empezamos a desarrollar hace dos meses y participaron muchos actores dadas las circunstancias. […] Intentamos ofrecer una seguridad global, no solo centrarnos en el tema yihadista, aunque sí, es un tema que nos ocupa y que nos preocupa y no solo en el MWC, en términos generales”, apunta el subcomisario de Mossos d’Esquadra de L’Hospitalet, Ricard Fernández.

L’Hospitalet pone el 50% de los efectivos para el MWC, siempre aprovechando las guardias que tienen reservadas los agentes para que así la cobertura de acontecimientos como éste no afecten a la seguridad ordinaria de la ciudad. Pero, además, de la presencia de estos agentes de seguridad ciudadana, este año se han reforzado notablemente con distintas unidades especializadas que, en algunos casos, no dependen ni siquiera de la Región Policial Metropolitana Sur: son un ejemplo los Grupos Especiales de Intervención (por primera vez en estas diez ediciones), la Unidad Canina, o las brigadas de los ARRO (Área Regional de Recursos Operativos), estos últimos con chaleco antibalas, como es habitual, y arma larga, no tan común. “Estamos acostumbrados a trabajar de esta manera. Queremos dar un mensaje de tranquilidad. A veces, puede generar cierta sensación de alerta, pero ni mucho menos. Queremos que la ciudadanía tenga la tranquilidad de que estamos preparados y que nos podemos defender ante cualquier situación de amenaza”, explica uno de los agentes de ARRO desplegados en los accesos de la Fira.

Además, Mossos se ha reforzado con un helicóptero para supervisar, en todo momento, el área de influencia de la Fira de Barcelona, una de las novedades de este año. “Hemos intentado estar más presente en algunos de los accesos, temas de mercancías e, incluso, en la zona de acreditaciones. […] Se ha tenido en cuenta la situación actual sobre todo en la zona perimetral”, matiza Fernández.

Toda la cobertura ha estado centralizada en el conocido como CECOR, una sala aislada del bullicio del congreso y de la zona de exposiciones desde donde una veintena de personas responsables de los diferentes cuerpos tenían el poder de decisión a la hora de actuar. En esta sala estaban representados desde Mossos d’Esquadra, Guardia Urbana hasta el SEM, el Ayuntamiento de L’Hospitalet, Protección Civil y un par de asientos incluso para la Casa Real, con motivo de la visita del rey. Según explica el inspector de Mossos d’Esquadra y responsable del CECOR, Joan Mallafré, esta sala controlaba la seguridad del Mobile en dos grandes niveles: por un lado, a nivel interno, con todo lo relacionado con la organización del evento, propiamente dicho, y su recinto, donde tenían de manera fija una oficina a modo de comisaría; y, por otro, a nivel externo, donde se trabajaba la parte perimetral, transportes, accesos, etc.

Balance excelente
Sea como fuere, la verdad es que la cobertura ha servido para cumplir el principal objetivo que recogía Fernández: “El reto es que el MWC se desarrolle de una manera normal”. Según los datos oficiales, se han reducido mínimamente los hechos delictivos, datos, por tanto, de mucho mérito teniendo en cuenta el récord de participación que se ha fijado en 93.000 visitantes. Así solo se han tenido que lamentar 25 hechos penales en el interior, 14 en hoteles, 23 en transportes, 31 en vía pública y uno en el aeropuerto. En total, 94 hechos delictivos que pasan por lo penal, 3 menos que en la edición anterior.

La prevención y la campaña informativa previa e ‘in situ’ ha dado sus resultados y no se ha tenido que lamentar grandes daños. Ni siquiera a nivel de manifestaciones se ha complicado el MWC, a diferencia de años anteriores con las concentraciones contra Telefónica y de Stop Pujades. Pasado el congreso ahora es turno de seguir el rastro de estos extremistas que viajan a Siria para alistarse en las filas del EI e, incluso, los retornados. En este sentido, la seguridad en el Aeropuerto de Barcelona – El Prat, desde donde salen cada día ocho vuelos a Estambul, es clave. De hecho, en la semana de la publicación de esta edición se ha intensificado la vigilancia en la infraestructura. III