¿Le estamos desvelando algún secreto al decir que la psicología tiene un gran peso en el ajedrez de competición? La idea es intuitiva, pues se trata del más mental de los juegos y las emociones de los jugadores son análogas a las de estudiante que afronta un examen.
El profesional es un ser humano como los demás, con sus preocupaciones cotidianas, que ha de pagar facturas como usted y como yo. Para muchos de estos individuos talentosos, la oportunidad de jugar El Llobregat Open Chess Tournament ofrece la posibilidad de enfrentarse a rivales muy duros en cada ronda, por lo que pueden obtener muchos puntos en la clasificación mundial, además de los premios económicos. Ahora bien, ¿qué pasa con ellos cuando las cosas no les salen según el plan previsto? Hablemos, pues, de las consecuencias emocionales de un revés en el primer tercio de un torneo.
Las tres primeras partidas de competición marcan un antes y un después para el profesional. El sistema de cabezas de serie le debe garantizar un inicio plácido dentro de la dificultad, con el objetivo de que en los tramos medio y final de los torneos se vean aguerridos duelos entre los candidatos a la victoria final. De esta forma, lo previsible es moverse en la horquilla de 2,5 – 3 puntos de 3 posibles. Sin embargo, el camino de baldosas amarillas no es más que un deseo cargado de buenas intenciones, pues pueden ocurrir múltiples contingencias. Entre ellas, que un rival con peor rating le estropee el torneo al cabeza de serie con una derrota inesperada. Entonces, de pronto, todo cambia. El trabajo de toda una temporada, las preparaciones y el esfuerzo invertidos, se rompen. La situación es crítica, queda una semana por delante y ya no hay nada que ganar; en cambio, hay todo un mundo que perder. No nos engañemos, es fácil perder la motivación y arrastrar las penas en el tablero, contra rivales que te saben roto y que van a apretarte en cada partida, por lo que acabas encadenando una derrota tras otra. Ese riesgo, el de acabar perdiendo muchos puntos de Elo internacional, es real. Por eso, tras la derrota inesperada, la escuela soviética de ajedrez, en el siglo pasado, aconsejaba hacer unas tablas plácidas tras una derrota, para recomponer el ánimo. No es mal consejo, y desde aquí les confiamos este secreto de entrenamiento, que puede ser de utilidad para usted en otros campos.
Centrándonos en la tercera ronda del Grupo A del Llobregat Open Chess Tournament, tuvimos el honor de recibir la visita de Miguel Ángel Grima, presidente de Sant Boi Empresarial, quien ha efectuado el tradicional toque de campana que da inicio a la ronda de juego.
En términos deportivos han destacado los buenos resultados del campeón mundial sub-16 Javier Habans (mesa 4) y de Cristian Andrés Hernández (mesa 5), quienes han conseguido sendas tablas ante rivales que sobrepasaban la barrera de los 2500 Elo. En la clasificación provisional sigue liderando José Manuel López, seguido por Ido Gorshtein y por Cristóbal Henríquez, los tres con 3 puntos en 3 partidas. En el grupo B lideran, con 2 puntos, Brayden Van De Graaff, Denis Valiev y Jordi García. En el C, con 2 puntos tenemos a Hailey Ruth Van De Graaff y a Javier Sanz, seguidos con 1,5 p. por Lluís Julbe.