20 de noviembre de 2024
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Los vinos rosados vinieron para quedarse. Admitámoslo. Ya no hay un por qué pedir vino rosado, hay un ¿por qué no? En realidad, si hablásemos con propiedad, diríamos que regresó para quedarse, no que vino. Porque el rosado es el primer tipo de vino que se hizo.
Con la crisis y la posterior cronificación del empleo precario, muchas personas no solo se han quedado sin trabajo. La falta de dinero les dejó sin casa. Los amigos siguieron a sus cosas y el tejido social que les podría ayudar a volver a empezar poco a poco se derrumbó.
-Restaurante Solomillo, señora -Bueno, pero es que yo soy más de entrecote. No tendrían… -Lo siento mucho. Pero no. Solo solomillo. Ese es el corte.
Andorra sigue siendo ese país de los Pirineos que publicitaba el anuncio (hasta 72 picos de montaña y 300 km de pistas no pueden obviarse). Lo es también de las compras y las perfumerías, del chocolate y los licores, de los paquetes de tabaco escondidos culpablemente bajo el asiento trasero… Es la cuna del esquí y los deportes de nieve, aunque desde que el país pirenaico ha salido de la lista de paraísos fiscales, se ha propuesto abrirse a otro tipo de turismo. Al que pone en valor su patrimonio cultural y artístico: itinerarios sobe su poco conocido arte románico, fiestas, arquitectura tradicional y yacimientos arqueológicos… Y, de la mano, a otra modalidad turística bajo mi humilde punto de vista infinitamente más interesante: la gastronómica.
Vila Viniteca necesita pocas presentaciones. Tampoco en Madrid donde este domingo la distribuidora de vinos catalana traslada su sede para celebrar la 12 edición del concurso Cata Por parejas (domingo 24 de marzo en el Casino de Madrid). Dotado con 40.000 euros, no hace falta decir que es el premio más jugoso que se reparte dentro y fuera del mundo del vino y que es una referencia internacional.
Para sacar pecho de sus encantos turísticos, reivindicar el producto del mar, la tradición pesquera y poner en valor la cultura marítima de la Costa Brava, el Patronat de Turisme Costa Brava Girona organizó este pasado miércoles un viaje promocional hasta San Sebastián bajo el sello “De costa a Costa”.
Manduka (del latín manducāre “masticar“) es un pequeño restaurante en una calle poco céntrica de Sant Gervasi, al límite con uno de los centros de centrifugación del vermut casero en Barcelona (el barrio de Gràcia). Podría ser un asiático sobrevenido. O también un restaurante de fusión más, pero su chef, Alberto Ortiz, encaja la seducción foránea en un discurso que también implica platos más locales que ha visto cocinar desde los 12 años. Si esto fuese un texto deportivo, podríamos desenfundar un rápido: “Bali, contigo empezó todo”. Pero tampoco sería del todo cierto. La historia empezó algo antes.
Diseño y singularidad. Esa es la apuesta dual con la que el nuevo hotel The Barcelona Edition echó a andar este pasado verano en el barcelonés barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. Su seductora ubicación (junto al Mercado de Santa Caterina y cerca del Born) fue idea del mismísimo Ian Schrager, creador del mítico Studio 54 fichado como creativo de la cadena.
Hasta 21 estrellas Michelin han pasado a servir sus platos por la Cañota. El restaurante de los hermanos Iglesias –también conocido como Casa de Tapas Cañota– es el lugar donde un par de veces al año pueden probarse platos de algunos de los mejores restaurantes del país en formato tapa. En esta ocasión, el chef Michelin Paco Morales ha sido el encargado de ser el ‘Cocinero invitado’ de este espacio en este arranque del 2019.
El Born y Gràcia son, por ubicación, dos excelentes barrios para montarse un restaurante. Centros neurálgicos del tapeo extranjero y patrio -cada uno en su liga-, ambos emplazamientos son tan atrayentes como aventurados.
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