El nombre hace la cosa y, a veces, también la precede. Y en Gouthier han sido cicerones en esto de que en Barcelona casi se adoren las ostras. Y no les culpo. Desde que la empresa arrancase con marca propia en 1996 han sido divulgadores de un tipo de producto que se importaba siempre de Galicia. Asociada al lujo, a los momentos especiales y al capricho de los entrantes en los menús degustación, la ostra vive buen momento. Aprovecho mi reciente visita Gouthier para repasar este Gastroranking en mutación: ¿Dónde comer las mejores ostras de Barcelona?
Intramuros, en un hotel te cobran hasta por respirar. La broma con sorna era de un periodista allegado en una rueda de prensa hace unos años. Los hoteles vivían en su mundo de reservas extranjeras. Aún no habían bajado a la calle a reclamar la atención de los ciudadanos “de a pie”. Es eso de “abrirse a la ciudad” que ahora tanto vemos en publireportajes pagados en algún algunos medios. Hay que reconocerlo: el lujo hotelero es caro. Lo es porque hay muchos sueldos que pagar, pero también porque los hoteles se esfuerzan en ofrecer espacios que puedan ser populares e interesantes entre sus vecinos. Esos, que no desembarcan del crucero ni tienen una visa oro a punto de desenfundar. Y el espacio más popular son sus terrazas,sobre todo en verano. El Lorenzo te hace querer estos espacios aunque seas el agorafóbico del barrio. ¿Qué terrazas de Barcelona valen un copazo (o incluso una cena) estival? Las repasamos.
La Casa Vicens es una desconocida. Lo es incluso para muchos barceloneses. Y eso que fue el primer edificio que Gaudí construyo (1883) y se abrió al público como museo visitable el pasado noviembre. Desde hace unos días, la entidad bancaria propietaria del inmueble, MoraBanc, y el restaurante Hofmann (una estrella Michelin) ofrecen visitas guiadas con degustación gastronómica. Se trata de un recorrido por los salones de la casa con cinco catas (entre degustación de vinos y platos gastronómicos).
Colella nos entrega experiencias sabrosas. La cocina tradicional italiana es así (o debería ser así). Pero con desmedida frecuencia quienes no hemos viajado lo suficiente la asociamos a la pasta y la pizza. La hispanocatalana está también llena de matices. Si juntamos estas dos grandes tradiciones bajo la divertida mirada de un chef perfeccionado en los exigentes restaurantes de hotel, tenemos un guiso interesante, excepcional. Tenemos un italiano con un plus (como Due Spaghi, Como Xemei, como Le Cucine Mandarosso…) que puede presumir a las pocas semanas de apertura de tener todas las mesas llenas un lunes de julio a las 21.00 h. Poca broma.
Su nombre podría aludir a una de sus hijas. También podría vindicar el logro de ese ansiado primer negocio en solitario. El chef Javier Orobitg (Masia Sant Cugat) no lo deja claro, pero tampoco esconde que La niña de mis ojos iba a tener este bonito nombre, casi de drama coraliano de postguerra, desde el principio. También iba a ofrecer ese tipo de comida -de mercado y fina- que a todo el mundo gusta.
Carme Ruscalleda, la chef con más relumbrones en el universo de estrellas Michelín, ha decidido cerrar su restaurante Sant Pau. Según ha avanzado la agencia de comunicación Gsr, la fecha de cese y última cena de uno de los restaurantes referencia del panorama culinario español será el próximo el 27 d’octubre.
¿Quién dijo miedo? Hace unos meses levaban anclas en Madrid y ponían rumbo a la reestructuración de sus negocios de restauración en Barcelona. Pero el emporio Iglesias (dueños de Rías de Galicía, Espai Kru, el Bellavista de los hermanos Messi y otros de los restaurantes más reputados de la ciudad junto a los hermanos Adrià) quiere seguir generando ideas y creciendo. ¿La última? Un negocio de pokebowls (ensaladas hawaianas) a domicilio que está a punto de ver la luz.
Es Nandu Jubany y acaba de estrenar restaurante en Barcelona. Así que este lunes el Passatge de la Concepció era una fiesta. Hacía tiempo que el cocinero de Calldetenes iba detrás de un local propio. Y Pur-Impur es la culminación de ese sueño largamente meditado.
Aunque pocas veces escapen a polémicas y se las mire de reojo por la (supuesta falta de) precisión de su mecánica puntuadora, listas gastronómicas como The World’s 50 Best Restaurants 2018 tienen aún una función en el sector.
Buscar un chef para un restaurante de hotel es un reto. Al Hotel Neri le faltaba uno desde hace tiempo. Un chef como Alain Guiard que impulsase proyecto propio, que guiase la personalidad culinaria de uno de los hoteles icono más bonitos del barrio gótico de Barcelona.
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