www.elllobregat.com
Juan José Álvarez, padre de Pedro
Ampliar
Juan José Álvarez, padre de Pedro (Foto: Imanol Crespo)

El Ayuntamiento de Barcelona pide la reapertura del caso de Pedro Álvarez, muerto hace 24 años en L’Hospitalet

jueves 24 de noviembre de 2016, 17:37h
La familia siempre ha defendido que el asesino era un Policía Nacional

El caso de la familia Álvarez es un verdadero ejemplo del coraje de unos padres que se resisten a tirar la toalla y dar la batalla por perdida pese a que han pasado ya más de dos décadas desde la muerte de su hijo. En concreto 24 años desde aquel fatídico 15 de diciembre de 1992 cuando Pedro Álvarez fue asesinado.

Todo ocurrió en apenas unos instantes. Álvarez, con tan solo 20 años, celebraba el cuarto aniversario con su pareja cuando decidió acompañarla a su casa, en L’Hospitalet. Antes de llegar, un Opel Vectra blanco casi la atropella en la avenida Cataluña. La joven le reprochó al conductor la falta de prudencia y se enzarzaron en una violenta discusión, en la que intervino Pedro. De repente, esta persona se dirigió al vehículo, sacó un arma y propinó un disparo en la cabeza a Pedro causándole la muerte antes de llegar al Hospital de Bellvitge. Por si no fuera poco para una crónica de sucesos, según ha defendido la familia, esta persona se trataba de un Policia Nacional, el cual se dio a la fuga.

Desde entonces, la familia ha mantenido vivas las esperanzas de lograr. Y ahora esta lucha suma un nuevo gesto de apoyo de la magnitud del Ayuntamiento de Barcelona. El consistorio ha pedido la reapertura del caso, que está a punto de prescribir judicialmente después que el único detenido por los hechos, en su momento, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, quedara libro por falta de pruebas. “Se cierra una deuda pendiente que tenía la ciudad de Barcelona” ha dicho el teniente de alcalde de Derechos de Ciudadanía, Transparencia y Participación, Jaume Asens. “Ya hace mucho tiempo que tendría la familia Álvarez tendría que haber sido recibida”.

En el mes del 24 aniversario de la muerte de Pedro Álvarez, diferentes consistorios –L’Hospitalet, Molins de Rei y Esplugues- han presentado sendas mociones para dar apoyo institucional a la familia Álvarez. En este sentido, Asens hacía autocrítica como parte institucional: “El caso nos interpela a toda la sociedad, pero, sobre todo, a las instituciones, que no hemos estado a la altura de la lucha de esta familia para ver reparado judicialmente este crimen, un hecho que demuestra que el sistema ha fallado. Con este acto queremos hacer de altavoz de la cruzada de la familia Álvarez. Esperamos que con esta pequeña contribución ayudemos a revivir el caso que, a las puertas de su prescripción, necesita elementos probatorios nuevos para reabrirse”.

Y es que según la familia Álvarez, el caso ha estado envuelto por supuestos encubrimientos, huellas borradas, pruebas perdidas. En cualquier caso, siempre con un mismo final: “falta de pruebas”. Así nos lo explicaba el padre de Pedro, Juan José Álvarez, en declaraciones para El Llobregat: “Hay que tener en cuenta que se hicieron una serie de investigaciones muy mal hechas, porque la hizo la brigada de L’Hospitalet, al mando del comisario Llorente, que le costó el puesto; y cuando ellos hicieron lo que tuvieran que hacer, ya pasó al mando de la brigada de investigación criminal. Hay algo que no cuadra”.

La clave podría estar en la acompañante de aquel Vectra, presuntamente, la mujer del asesino. En cualquier caso, según Juan José, “todo el mundo que ha tocado el caso de Pedro ha sido ascendido ‘meteóricamente’ o ha sido destituido”. Impotente, en 1996, el padre de Pedro protagonizó una importante recogida de firmas y una huelga de hambre. Se consiguió que el caso delegara en la Guardia Civil, cuerpo que, a priori, no estaba implicado: “Queríamos que investigara un cuerpo imparcial, independiente; pero claro, ya habían pasado cinco años”. En 2011, los abogados de la familia volvieron a pedir una serie de pruebas pero se las denegaban, supuestamente, “porque no llegaban a ningún sitio”.

Juan José se mostraba cansado, abatido, con una carga encima que se transmitía, seguramente, en contra de su voluntad. Aun así, cada 15 de diciembre mantienen su voz firme con un acto simbólico en el lugar de los hechos y diferentes actividades programadas para dar a conocer el caso y no olvidar el asesinato de Pedro Álvarez. “Después de organizar estas cosas, necesito una pausa”, reconocía. Hoy la guerra particular de estos padres suma una pequeña victoria más. Lo que es evidente es que nunca abandonarán el frente.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (3)    No(0)

+
0 comentarios