Se enfrentaba el equipo de balonmano femenino Elda Prestigio con el Handbol Sant Joan Despí. De repente, ante la remontada del equipo baixllobregatense, un aficionado local empezó a increpar a Paula Domingo con expresiones intolerables como ‘gorda de mierda’.
En un primer momento pudo hacer caso omiso a la grada, pero ante la reiteración de las faltas de respeto, la jugadora del Sant Joan Despí acabó llorando, aunque sin dar el gusto al impresentable de dejar de jugar.
Ante esta situación, las jugadoras del equipo del Elda mostraron su apoyo a la del Sant Joan Despí, pero cuando se le dijo al árbitro, éste amenazó con expulsarla dos minutos y cuando se hizo lo propio con el delegado, él consideró que el público estaba en el derecho de decir lo que quisiera. Así lo hacía público la misma jugadora en una red social: “Ayer durante un partido contra Elda viví una situación que, en los 16 años que llevo jugando, no me había pasado nunca. Una situación realmente patética. Que gente de la grada rival empiecen a insultarte de forma muy despectiva, metiéndose con mi físico, me parece denigrante. Que se lo digas al árbitro y que te amenace con expulsarte dos minutos; que, finalmente, el entrenador pare el partido y se lo diga al delegado y que este defienda que está en su derecho, y que esas personas sigan dentro del pabellón vacilándome…”.
Así de cruda puede ser la realidad de la competición de élite cuando prima, exclusivamente, la habilidad motriz de un deportista y del equipo. En paralelo a este modelo, el Baix Llobregat se ha convertido en un referente en la apuesta por la competición deportiva que vaya más allá e incluya en el marco normativo las buenas conductas. Es lo que se denomina el Juga Verd Play, la iniciativa estrella de los Jocs Escolars que, recientemente, ha captado la atención incluso de la Unión Europea.
Más de 35 años de lucha por los valores
Es imposible hablar del Juga Verd Play sin conocer la historia dels Jocs Escolars en el territorio. Por ello, nos sentamos a hablar con el actual presidente del Consell Esportiu del Baix Llobregat, Salva Valls, y con Domingo Martínez, ex concejal de Castelldefels y uno de los impulsores dels Jocs ya en 1979 cuando empezaban a rodar los primeros mandatos democráticos de los ayuntamientos. “Entramos en los ayuntamientos con la ignorancia de saber qué era un ayuntamiento. Estoy hablando de 1979. Me tocó la responsabilidad de deportes, cultura, juventud y estas hiervas y queríamos que en las escuelas hubiera deporte”, explica Martínez. Fue entonces cuando, aunque no eran competentes, decidieron introducir la figura del profesor de Educación Física en las escuelas. “No era nuestra función, pero pagados por los ayuntamientos empezamos a mover el deporte en las escuelas”.
Entonces solo existían los conocidos como Juegos de Sant Jordi de la Diputación, que eran los únicos que hacían competiciones –antes incluso de tiempos democráticos- pero de una manera muy puntual y en pocos sitios. “Estaban muy ceñidos a Barcelona”, matiza Martínez. “Empezamos a tener movimientos en las poblaciones y vimos que necesitábamos unirnos”. Es así como, en un primer momento, Castelldefels, Gavà y Viladecans realizan los primeros Juegos Escolares conjuntos en el que fue una de tantas otras redes intermunicipales.
Visto el impulso local, en 1981, la Generalitat de Catalunya creó la figura de los Consells Comarcals d’Esports para institucionalizar la iniciativa en toda Cataluña. Esta denominación, con la creación de los actuales Consells Comarcals, se sustituiría por la de los ahora conocidos como Consells Esportius. “Este movimiento estaba enfocado a Juegos Escolares. Las federaciones ya existían, hacían lo suyo, pero el hueco de verdad estaba en hacer que los niños empezaran a jugar y a hacer deporte en la escuela”.
Así, pues, el Baix Llobregat empezó a ser un territorio potente en este tipo de competiciones, además, porque fueron capaces de organizarse en equipos interescolares y de selecciones. En cualquier caso, la iniciativa fue un éxito desde el principio: “En el segundo año de estar metidos en esto, fui a una entidad y les pregunté: ¿Cómo ven esto? ¿Vienen mejor los niños? Y me contestaron: técnicamente no, pero ya no tenemos que empezar enseñándoles a correr. Es decir, habíamos logrado que los niños ya pasaran a los clubs con una formación de base. Y con esta idea: lo que buscábamos era la formación integral del niño o niña para que, cuando se hiciese mayor, continuara haciendo actividad física”.
Domingo Martínez sería, ya en el año 1993, uno de los padres fundadores de la Unió de Consells Esportius de Catalunya. Un año después ocurriría otro punto de inflexión. Según Salva Valls, el presidente del CE Baix Llobregat, “con el tiempo elevamos los Juegos Escolares y la competición federada a un mismo nivel; solo había una diferencia: que eran más baratos. Hasta el punto que todos los ayuntamientos se vuelven a reunir para recuperar los orígenes y llevar a la escuela una actividad con un interés social”.
De esta manera, el poder local vuelve a dar un impulso a los Juegos Escolares regresando a la filosofía que Domingo Martínez y más líderes municipales habían impulsado desde 1979. Y con este espíritu, nace, finalmente, el Juga Verd Play.
Todo influye
Bajo la premisa de que todo lo que pasa en un partido influye en la educación de un niño –por tanto, también la grada-, el CE Baix Llobregat inicia en 2012 una prueba piloto en Cornellà y Viladecans para evaluar todo lo que pasa en un partido. Un año más tarde se iniciaba la primera edición del programa. “Lo que queremos es utilizar la competición, pero no solo premiando el gol y el ganar, sino también las conductas. Los valores son importantes”, dice Valls. “Y no es solo portarse bien, sino que cuando alguien tiene un problema ir a ayudarlo. En el caso de los niños, se les tiene que dar ‘inputs’ positivos para que realicen esta acción. Así, no solo se penaliza una mala conducta, sino que, en contraposición, el que tiene un buen comportamiento, obtiene una tarjeta verde”.
Esta iniciativa, de hecho, ya se está llevando a cabo de manera paralela en la Serie A italiana, en la cual, Cristian Galano, del Vicenza, ha sido el primero en recibirla por aclarar al colegiado Marco Mainardi que su disparo no había tocado en el defensa y, por tanto, no era córner.
En el Baix Llobregat, el programa va más allá y la buena conducta sí afecta al resultado final de la competición. De esta manera, un equipo puede ganar todos los partidos, pero, si lo hace de manera poco deportiva o poco respetuosa, puede ser que quede tercero perfectamente. “Si queremos educar a los niños y queremos que realmente el deporte sea una herramienta educativa, tenemos que dar la vuelta a todas esas conductas”.
Y es que, volviendo al ejemplo inicial, si es lamentable el comportamiento del que insulta, también, lo es el consentimiento del resto de aficionados y más aún la permisividad de árbitros y delegados.
En los tres años de Juga Verd Play no solo no ha habido bajas de deportistas, sino que la iniciativa crece. Ha empezado por los deportes de asociación, pero ya se está haciendo el proyecto para deportes individuales tanto rítmicos como de oposición.
Interés internacional
El ímpetu del Baix Llobregat sirvió para que la Generalitat de Catalunya obligara a los diferentes Consells Esportius a promover de manera activa los valores más allá de premiar únicamente la habilidad motriz del deporte de élite.
Ahora, el interés ha pasado a ser internacional. No contentos con ello, la actual dirección fue a la Unión Europea a presentar el proyecto para una subvención. Entre los requisitos estaba la necesidad de presentarse de manera conjunta cinco países. Pues bien, tras presentar el Juga Verd Play, el CE Baix Llobregat llegó a un acuerdo con Portugal, Finlandia, Italia y Francia, siendo la entidad comarcal la representante de España.
Superada esta barrera, la UE ha aceptado hacerse cargo de una subvención de 300.000 euros que permitirá evaluar la experiencia y los cambios que supone la aplicación del programa.
“Venimos con un modelo de cambio que es que el deporte está muy bien, pero que los valores también cuentan. Es un punto de inflexión que marcará en el tiempo un momento clave: el deporte espectáculo ha llegad a su techo –no de crecimiento- sino de valor. Este era hasta ahora el que hacía el ídolo. A partir de ahora vamos a crear ídolos en base a los valores”. III