Como cada año, con el invierno acabó llegando, pese a los efectos desestabilizadores del presunto cambio climático, el frío.
Y con él, como no podía ser de otro modo, la anual epidemia de gripe. Nada nuevo bajo el sol, ¿verdad? Pura rutina estacional harto conocida para todos los habitantes de nuestra comarca.
No enfermar en fin de semana
Bueno, pues para todos no, ya que, para nuestras autoridades sanitarias, que con el invierno llegue la gripe, da la impresión de que supone cada año una sorpresa mayúscula que les pilla desprevenidos, pues invariablemente las urgencias de nuestros hospitales se colapsan y los pacientes son “amontonados” de mala manera en los boxes de urgencias a la espera de una cama…
La situación de la sanidad en Cataluña en general y en nuestra comarca en particular resulta cada día más deficiente pese a los esfuerzos denodados de nuestra ejemplar clase médica sin la que nuestro sistema sanitario se habría colapsado hace años.
El problema -no se engañen- es simple; y radica en la falta de recursos de nuestra sanidad y en la desgana con la que en general, la administración catalana aborda esta cuestión. Al parecer, nuestros dirigentes están demasiado ocupados en asuntos de “alta política” para dedicar su “valiosísimo” tiempo a un tema tan poco importante como la salud de sus ciudadanos.
Hace apenas unas semanas, se anunció a bombo y platillo la apertura, por fin, de un centro de urgencias pediátricas en L’Hospitalet. Lo que se olvidaron de publicitar nuestros políticos es que sólo se abrirá en días laborables. Así que tomen nota y hablen seriamente con sus hijos para advertirles que tienen prohibido ponerse enfermos en fin de semana, ¡hasta aquí podríamos llegar!
Menos mal que están nuestras autoridades para poner un poco de orden, si no seguro que algún niño maleducado era capaz de ponerse enfermo en domingo…
¿Quieren otro ejemplo al respecto de esta cuestión? Basta con un dato, en los últimos tiempos catorce municipios de nuestra comarca han visto como se cerraba el servicio de atención nocturna en sus ambulatorios. Como ven, la cuestión no parece ir por buen camino.
Pero, queridos lectores, no caigan en el desánimo. Si a los protagonistas de Casablanca siempre les quedará París, a nosotros siempre nos quedará la alcaldesa de L’Hospitalet, Nuria Marín, quien, en medio de este desastre sanitario, anuncia estos días que en nuestra ciudad va a instalarse el Centro Europeo de Desarrollo y Promoción de la Medicina Tradicional China.
Sin base científica
Reconozco que esta vez mi querida Nuria ha conseguido descolocarme, ¿qué hay colapso en los hospitales?, pues la alcaldesa, inasequible al desaliento, lo ha arreglado en un santiamén. Que vengan los chinos con sus cuernos de rinoceronte, sus ojos de tigre y sus huesos de antílope. ¡Pero cómo no se le había ocurrido a nadie hasta hoy! A partir de ahora, en lugar de tener que pasar aburridas horas de espera en el Hospital de Bellvitge, ya lo saben, todos a visitarse en el nuevo centro de medicina tradicional china, donde según los usos de esta medicina, el galeno asiático de turno les olerá, les tomará el pulso y les recetará alguna parte de un extraño animal perfectamente molida, eso sí.
Por supuesto esto no les curará. Hace ya años que la OMS afirmó que esta medicina carecía de cualquier base científica, pero… ¡y lo que se divertirán! Piensen en todas las anécdotas que al respecto podrán contar a sus compañeros de trabajo… Luego, claro, vendrá algún picajoso a aguarnos la fiesta recordándonos que la medicina tradicional china es la causante de la práctica extinción de especies como el rinoceronte, el tigre, el antílope saiga o el pangolín, o que China es la mayor dictadura del planeta y que su gobierno no tiene ningún respeto por los derechos humanos, pero no hagan caso, son los pesados de siempre con su ética, valores y principios.
Nosotros, con Nuria, a disfrutar de los exóticos brebajes chinos. III