El gran Allan Stewart Königsberg (Brooklyn, 1 de diciembre de 1935) artísticamente conocido como Woody Allen, sigue haciendo camino al andar. Mantiene el ritmo de rodaje, una película al año, a sus 82 años.
Y sigue “lucidísimo”. Lo demuestra su nueva película “Wonder Wheel”, un drama muy logrado, que brilla por su aparente sencillez y la complejidad de todo lo que trata. Tiene una gran ambientación, la acción si sitúa en Coney Island, en los años 50 del siglo pasado. el joven Mickey Rubin, un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty, operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny, una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco la vida de todos se complica cuando aparece Carolina la hija de Humpty, que está huyendo de un grupo de mafiosos, y con la que se enemistó hace cinco años. Llevan este tiempo sin verse.
Allen le da la vuelta a la historia de “El graduado”, aunque hay una escena que nos recordará inevitablemente a este film de Mike Nichols, de 1967. El film se hace cada vez más interesante a medida que avanza y tiene un final magnífico. Es un drama, en la línea por ejemplo, de “Blue Jasmine”.
Brillan especialmente Kate Winslet y Juno Temple (Londres, 21 de julio de 1989). Solo por ver sus interpretaciones ya merece pagar el precio de la entrada. Kate deslumbra, es una de sus mejores interpretaciones y la joven Juno Temple no le va a la zaga. Las escenas que comparten son de lo mejor de la película.
Allen filma con elegancia y soltura, domina por completo y eso hace que se aleje del teatro filmado pese a que el hogar de Ginny y Humpty es el lugar donde se desarrolla gran parte de la acción. Woody consigue que la película sea inquietante. Estamos ante un gran drama, muy recomendable.
José López Pérez
@JLPnosolocine
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