Tiene una mirada inquieta, penetrante. De aquellas que hacen sentir algo incómoda, a lo Javier Bardem. Pero lo suyo es la cocina, que no la actuación. Luis Veira, una de las dos únicas estrellas Michelín de A Coruña (la otra es de su exrestaurante, Alborada, tras el cierre en 2017 de A Estación), sigue preocupado por que su cereza de foie salga perfecta de la cocina de Árbore da Veira. Así entiende la batalla que cada día libra para que el codiciado relumbrón rojo que lo situó en el mapa desde su mismísimo año de apertura (2013) nunca se apague.
“Ser chef es una carrera de fondo, hay presión, sí, pero nos interesa mucho divertirnos con lo que hacemos”. Se nota. Ese juego está presente en el mismo nombre del restaurante: Árbore da Veira (en gallego un juego de palabras con su apellido: árbol de la orilla). Asoma también en sus dos menús de gustación (Raíz, 55 euros, y Árbore, 70), que son lo suficientemente flexibles cuando ese día la despensa de temporada así lo requiere.
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