La comida sana vuelve a nuestra mesa. Ese es el concepto que se ha intentado transmitir durante la presentación, este lunes, a cargo de Carlo Petrini de la primera guía sobre Slow Food de Barcelona y su área metropolitana. Más de 100 establecimientos, la mayoría barceloneses, son los encargados de divulgar con su cocina la nueva percepción del alimento y la restauración.
El evento se ha desarrollado en los terrenos de Can Comas, la sede del Parc Agrari del Baix Llobregat, en los que se ha incluido un mercado con diferentes productores que predican este concepto de cambio alimenticio. Frutas, aceite, quesos, vino, butifarra, chocolates de sabores, setas del Montseny o panes artesanales son algunos de los productos de proximidad, producidos con el máximo respeto al medio ambiente, que se han podido encontrar en la feria paralela a la presentación de Petrini. No obstante, y a pesar de celebrarse en el corazón de la zona agrícola más antigua de Catalunya, pocos productores de la comarca, y posiblemente solo uno o dos del Parc Agrari, como Fruits Colomer, han sido los escasos representantes del Baix Llobregat en este gran evento gastronómico.
Cambio necesario de los hábitos alimenticios
A pesar de los pocos establecimientos seleccionados de nuestra comarca (además de los limitados expositores del Parc Agrari), Petrini ha destacado la “increíble diversidad” de los alrededores de Barcelona, haciendo hincapié en el río Llobregat y el Delta. Sin embargo, el experto gastronómico ha recalcado que “en estos momentos la situación del campo es horrorosa” y es un elemento básico para “ese cambio” necesario para parar el cambio climático “partiendo de la comida”. Según el ponente, si logramos hacer este cambio de mentalidad conseguiremos que “los habitantes sean felices gastronómicamente” y que los restaurantes hagan un “cambio fuerte” y apuesten por “los productos catalanes”.
Esta apuesta, aclara Petrini, viene dada por el fortalecimiento de “la economía local” a través de los medios de comunicación. “Crear esa narrativa local es fundamental, pero para fomentar ese relato hace falta conocer el producto”, ha explicado el experto italiano en Slow Food refiriéndose al desconocimiento tanto de comunicadores como políticos de la realidad del campo.
“La historia de la gastronomía es de las mujeres”
En el transcurso de la presentación de la guía Slow Food, Petrini ha hecho especial mención al papel fundamental que han tenido y mantienen las mujeres en el desarrollo gastronómico. “La historia de la gastronomía es la historia de las mujeres que hicieron miles de platos a lo largo de la historia”, ha afirmado mientras mantenía que “la sabiduría histórica de las mujeres merece ser conocida y explicada”.
Esta referencia a la mujer como pilar principal de la cocina actual no ha sido la única, siendo también el pilar fundamental del proceso de producción de los alimentos antes de ser elaborados. Petrini lo ha explicado así: “No solo en cocina, también en agricultura han sido las mujeres las grandes promotoras de la rica gastronomía que tenemos en la actualidad”.
El porqué de la guía
“Si no comprendemos que la biodiversidad -como es el caso del Baix Llobregat- tiene que ser un pilar fundamental de la política, no existe la política”, ha aseverado Petrini refiriéndose a las carencias de las escasas campañas por volver al ‘buen comer’ de décadas atrás. Así ha afirmado que “la política duerme, no comprende nada”, mientras enfatizaba que “esta revolución es dulce” porque existe entra la juventud un sentimiento por introducirse poco a poco “en esta cultura del Slow Food”.
La guía ha sido editada con más de 100 propuestas gastronómicas que apuestan por la cocina local, tradicional y sostenible en Barcelona y sus alrededores. Además, de los establecimientos selecciones se les ha otorgado ‘el cargol’ a 30 establecimientos que “marcan el camino”, librados a los chefs de la mano de Carlo Petrini. El Prat, L’Hospitalet, Sant Boi y Gavà son las ciudades que destacan en la guía con uno o más locales con filosofía Slow Food seleccionados en esta primera guía.
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