El auge de los murales y mosaicos revitaliza espacios en desuso de la comarca.
La comarca inaugura la gran pinacoteca catalana al aire libre. Cuando hablamos de arte pensamos en algo que está en el interior de los museos o las galerías, pero no siempre es así. “El arte urbano no se enseña en las universidades, se aprende en la calle”, recalca el grafitero Jose Sabaté, más conocido como ‘el Pez’. Así lo describe en una entrevista con El Llobregat uno de los principales de este arte el resurgimiento de unos espacios que “embellecen las ciudades”.
Castelldefels, Sant Joan Despí, Sant Vicenç dels Horts -aquí han tenido tan buena acogida los grafitis que el Ayuntamiento los vinculará a su proyecto ‘Ciutat en Vers’, con lo que la ciudad se llenará de poemas pintados a espray-, Sant Feliu o L’Hospitalet son algunas de las poblaciones que han comenzado a exponer cuadros gigantes, tanto mosaicos como grafitis, con la intención de regenerar las ciudades. El Pez Barcelona celebra este apogeo por crear una urbe mejor: “Creo que con estas iniciativas logramos dar más valor e importancia a estos espacios urbanos que antes estaban vacíos; el color da mucha alegría y sobre todo da vida”, explica. De hecho, uno de los últimos trabajos de El Pez ha sido la rehabilitación de una pared de la antigua fábrica Metalarte, en Sant Joan Despí, con un mural de 40 metros que homenajea a Barcelona. Por su parte, la Fundación Contorno Urbano y Rebobinart están adecuando espacios para que los artistas puedan hacer volar su imaginación de forma legal en las paredes facilitadas por los ayuntamientos de las diferentes ciudades y pueblos del Baix Llobregat.
Creatividad y forma de vida Una de las razones por las que surgen proyectos como el de Contorno Urbano o Rebobinart es dar respuesta a la necesidad de creatividad de todos estos artistas. El presidente de la Fundación Contorno Urbano, Esteban Marín, explica que con este tipo de iniciativas se logra “acercar el arte a las personas”. Por ello, desde hace tres años la fundación viene realizando el proyecto 12+1 en diferentes municipios de la comarca. Es decir, “doce artistas que pintan un mural cada mes durante un año y que culminan con una exposición” en la galería de Contorno Urbano en L’Hospitalet, relata Marín. Todo esto logrando una conexión artística entres las tradicionales salas de exposición y la calle, acercando la pintura y desestigmatizando el concepto de las “pintadas callejeras”.
Las pinturas ya no son exclusivas de los locales, salen a la calle. Así lo destaca el Pez cuando recalca que el “grafiti más ‘currao’” por lo general es “bastante respetado en el gremio” y, por ello, no solo se están realizando iniciativas colectivas como las que hemos explicado, sino que también surgen de manera individual en los comercios, por ejemplo. El artista argumenta que “da identidad a las persianas de los comercios, algo que se ha hecho toda la vida, siendo el mejor antigrafiti”, en referencia a las pintadas con escaso valor artístico. De esta forma se logra dar singularidad al negocio y a la vez evitar que otros grafiteros “vandalicen” ese lienzo comercial. Además, estos pintores callejeros pueden “dedicarse profesionalmente a ello” y, a su vez, les permite “invertir en su obra y catapultarse al mundo del arte con su creación personal”, asevera el Pez, recordando los tiempos en los que comenzó a pintar antes de exponer sus obras en galerías de todo el mundo.
En este mismo sentido, el presidente de Contorno Urbano explica que los murales en las persianas de los comercios son “para que no la pinten, aunque no asegura nada”, por el hecho de que “si alguien había pintado allí, por mucho que tu realices un gran mural, esa persona volverá para taparlo”. Ese es el código no escrito de los grafiteros: no taparse unos a otros, pero si te pintan encima la “venganza” es volver a pintar en el sitio que ocupaba tu firma o grafiti.
El área metropolitana, un lienzo en blanco Uno de los problemas con los que se encuentran muchos artistas y fundaciones es la capacidad de los ciudadanos de verlo como una obra de arte o bien como una pintada que ensucia la vía pública. “En lugares donde llevamos trabajando mucho tiempo, la mentalidad de la gente es muy diferente ahora que hace diez años”, dice Marín, y pone como ejemplo la capital comarcal. “Sant Feliu tiene una trayectoria de grafiti desde hace años con ‘Caligrafics’, la entidad en activo más antigua de España”. Esta aceptación solo se logra con el apoyo no solo social sino también institucional, que permite al ayuntamiento tener una “herramienta más” para “solucionar una patología del espacio público”. Sin embargo, Marín explica que “hay ayuntamientos que lo tienen más interiorizado que otros” por eso en Barcelona es “prácticamente imposible hacer nada”, pero en cambio en el área metropolitana es “más sencillo y divertido”.
El Pez complementa esta “aceptación” de la que habla Marín con entusiasmo: “Me encanta la idea de que se generen galerías urbanas para todos los públicos, creando cultura y patrimonio para los municipios y a la vez reconociendo al artista urbano”. Y la sociedad está haciendo un cambio de mentalidad e incluso, cuando ven pintando al Pez, reaccionan “con comentarios positivos”.
¿VandalisAmo o arte? Las pintadas en el metro reabren un debate eterno
Hace unas semanas saltaron a las primeras planas dos hechos en el metro de Madrid y de Barcelona, en los que un grupo de grafiteros pintaron los vagones e incluso llegaron a atacar con un espray a una mujer embarazada que viajaba en dicho transporte. El Pez Barcelona asegura desconocer la noticia pero reconoce que le parece “exagerado agredir a una persona por pintar un grafiti”, mientras enfatiza que “grafiteros hay de muchos tipos”. Por ello, añade, “no es lógico meternos a todos dentro del mismo saco”.
Por otro lado, Marín recalca que “estos episodios llevan pasando los treinta últimos años” y que el problema es “por qué se pone ahora el foco en eso”. Según argumenta el presidente de Contorno Urbano este “megáfono” con el que se ha tratado la noticia tiene “algún tipo de interés”, porque “no se están pintando más trenes o metros que hace veinte años, solo que se está visibilizando más”. Además, él explica que el grafiti es “una parte intrínseca de la sociedad y es un fenómeno mucho más sociológico que artístico” catalogándolo como una “forma de vida” y una “manera de entender el mundo”.
El Pez Barcelona, ante estos hechos, se muestra seguro: “Mi oficio siempre fue y será desprestigiado por algunos, cosa que lo hace más especial. No me interesa los que lo desprestigian sino los que lo reconocen”.
En definitiva, el vandalismo y el arte en este oficio en ocasiones se entremezclan y la pregunta reside en el enfoque que se le quiera dar, o quizás en la agresividad con la que actuaron algunos de los grafiteros del metro. La historia siempre ha dado un reconocimiento tardío al arte, pero, sea como sea, el Baix Llobregat está logrando ser pionero y vestirse con pinturas únicas convirtiéndolo en el nuevo ‘Museo Catalán de Arte Urbano’.
¿Te ha parecido interesante esta noticia? Si (3) No(0)
Una de les màximes prioritats del nostre diari és fer arribar de manera pròxima i professional la informació més propera als veïns del Baix Llobregat i L’Hospitalet.