Capital tecnológica mundial

El territorio ha vuelto a acoger a lo mejor de cada casa en lo referente a la telefonía móvil, reafirmando su posición como centro amigo de una tecnología llamada a revolucionar -si es que ya no lo ha hecho del todo- la economía y la manera de relacionarnos.

En este sentido, la formación es clave para consolidar al Baix Llobregat y L’Hospitalet en los primeros puestos del pit lane de la revolución tecnológica. Fomentando que niños y niñas se formen en disciplinas que les preparen para este futuro, desde los móviles a la revolución industrial 4.0 y la robótica. Aquí, la Formación Profesional ha de jugar un papel protagonista. De hecho, la comarca ya ha visto esa oportunidad y ha apostado de manera decidida por potenciarla, sobre todo en su aspecto dual, con la creación del Consejo de la Formación Profesional en el que participan sus 30 municipios, junto con los principales actores sindicales, la patronal y otras entidades.

Impulsar la formación en disciplinas relacionadas con la tecnología no nos puede hacer olvidar, sin embargo, la importancia de la capacidad de razonar a partir del conocimiento de las Humanidades, unas disciplinas tradicionalmente maltratadas y consideradas de segunda, en tanto en cuanto no repercuten directamente en la producción de materias. No obstante, un ingeniero con nociones de historia o de filosofía podrá enfrentarse mejor al día a día que otro que no las tenga.

Y qué decir a la hora de hablar sobre la información y su consumo. Las Humanidades aquí son un elemento que ayudan a generar la capacidad crítica necesaria para discernir entre la avalancha de informaciones falsas o medias verdades que se vierten a miles cada día en la red. No estaría de más, como hace meses volvió a proponer el Colegio de Periodistas de Cataluña, pensar en introducir contenido lectivo sobre educación mediática en los programas escolares de Primaria y Secundaria, una formación mediática que avance hacia la consolidación de un espíritu crítico en la sociedad.