Concienciando sobre los problemas de las alergias respiratorias. El Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) acoge este miércoles la jornada ‘IV Matí Al·lèrgia Bellvitge: Malaltia Respiratòria Al·lèrgica’. El congreso, organizado por el HUB, la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y la Sociedad Catalana de Alergia e Inminología Clínica (SCAIC), abordará, de forma integral, sobre enfermedades como el asma la rinitis o la conjuntivitis que, a menudo, son expresiones de la misma caula alérgica.
Una perspectiva de 360 grados, desde la atención primaria como a la especializada, haciendo énfasis en el concepto de la vía respiratoria única, las comorbidades, la relevancia de la sensibilización alérgica, los aspectos clínicos y la necesidad de un abordaje integral.
Foco principal: Asma
El asma afecta al 5% de la población adulta y el 10% de los niños y adolescentes, y tiene un origen alérgico en la mayoría de casos (en los niños, 8 de cada 10 asmáticos son alérgicos y en adultos lo son más del 50%). Así como en la rinitis se tiende a atribuirle erróneamente una causa alérgica prácticamente siempre, el asma, sobre todo en el adulto, a menudo no se relaciona con la alergia y se aborda separadamente.
El concepto “de una vía respiratoria única” hace años que es aceptado por la comunidad científica. Se considera que la inflamación subyacente en patologías como el asma, la rinitis o la conjuntivitis es la misma y, por tanto, es necesario un abordaje integral que tenga en cuenta estas patologías, aunque a veces no estén clínicamente presentes de manera simultánea. Según la Dra. M. Teresa Dordal, alergóloga del Hospital de Bellvitge y presidenta de la SCAIC: “Podríamos decir que la vía aérea comienza a los ojos y termina en los bronquios, pasando por la nariz, las orejas, la faringe y la laringe. Y, a la hora de atender estos pacientes, hay una visión global más sistémica que tenga en cuenta las interrelaciones entre estas patologías”.
Por otra parte, el diagnóstico alergológico puede ser clave desde el punto de vista terapéutico y pronóstico, como en aquellos casos de asma grave que se pueden resolver simplemente retirando una mascota del domicilio, evitando así tratamientos costosos e ingresos hospitalarios.
Conseguir el control del asma es uno de los objetivos del manejo de estos pacientes. Un mal control conlleva un aumento del riesgo de sufrir una crisis, del número de ingresos y asistencias a urgencias, una peor calidad de vida o incluso exacerbaciones de riesgo vital, sin olvidar el aumento en el gasto sanitario. Una parte del control del asma se puede conseguir con un seguimiento estrecho del paciente, pero también disponemos de herramientas objetivas como la función pulmonar o el uso de cuestionarios específicos que pueden emplearse en todos los niveles asistenciales, incluyendo la atención primaria.
Entre el 5 y el 8% de los asmáticos sufren un asma grave. Su manejo conlleva de entrada hacer un buen diagnóstico y descartar factores “modificables” que pueden influir en un mal control, tales como el tabaquismo, la exposición alergénica ya irritante ambientales, las comorbilidades no tratadas o la falta de cumplimiento terapéutico.