Después de que el nuevo sistema de limpieza y recogida de basuras de Castelldefels se pusiera en marcha con bastante polémica al respecto y que haya pasado ya bastante tiempo desde el cambio, podemos decir que todavía son excesivas las quejas que desde todos los distritos de la ciudad nos siguen llegando.
Sorprende el hecho de que no se solucionen o como mínimo se tomen medidas para paliar el lamentable estado en el que se encuentran un gran número de calles y espacios públicos. Al contrario, los responsables municipales encargados de gestionar este importante servicio hacen caso omiso.
En primer lugar, podemos destacar una de las quejas más comunes que nos trasladan los vecinos en relación con las malas ubicaciones de los contenedores de basura y sus horarios de recogida que son uno de los principales focos de conflicto. Parece muy difícil de entender cómo existiendo alternativas para ubicar los contenedores donde no se moleste a nadie, no se hayan todavía atendido a las solicitudes de diferentes comunidades de vecinos o particulares que lo han reclamado. Sobre los horarios, podemos encontrar la raíz del problema en la mala planificación del servicio por parte de la dirección municipal. A menudo estas quejas vienen provocadas por el ruido del vaciado de la basura que habitualmente despierta a los vecinos a primerísima hora de la mañana o por la circulación de los camiones en horario punta provocando retenciones en las arterias de la ciudad.
Las aceras de Castelldefels requieren de gran destreza por parte de los peatones para no tropezar en el camino. Deben ir esquivando obstáculos, baldosas sueltas, raíces de árboles, postes de luz y teléfono, a lo que se suma la dejadez en la limpieza y la ausencia del corte de hierba en alcorques y muchos rincones donde crecen de forma totalmente asilvestrada. Hierbas que brotan y que en ocasiones superan el medio metro de altura, mostrando claramente el escaso cuidado que se tiene del espacio público.
La “broma” del cambio de servicio ha costado una auténtica fortuna a las arcas municipales, es decir, a todos los vecinos de Castelldefels. Un gran esfuerzo económico para pagar la remunicipalización del servicio de basura, la nueva maquinaria, la nueva nave de la limpieza, los camiones, y un largo etcétera que no se están reflejando en unas calles más limpias, todo lo contrario. Ya viene siendo hora que el gobierno de Castelldefels se tome en serio este delicado asunto que sufren los vecinos y daña la imagen del municipio.
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