Vivere pericolosamente
viernes 03 de enero de 2020, 11:48h
Lo recomendaba Mussolini, que sigue enterrado en su natal Predrappio; sin embargo cuando paseas por L´Aquila tras su terremoto del 6/4/2009, escala 6,7, con 309 muertos y 1500 heridos, te dan ganas de huir.
Percibes que en el retraso de su reconstrucción, más allá de la consabida corrupción, hay una justificación íntima del miedo; muchos ya no quieren vivir allí y se han ido. Otros resisten nuevos temblores en barracones en la misma ciudad donde un aficionado avisó de la excesiva concentración de gas radón con su coche y pancarta, sin que las autoridades y especialistas le hicieran caso. Unos días después de su anuncio se produjo el temblor que entre otras cosas, provocó después el juicio y prisión de los siete sismólogos que erraron en sus avisos y pronósticos; agravando así las consecuencias del terremoto en una zona de los Apeninos donde son frecuentes. Italia tiene un gran nivel en geología sísmica y en vulcanología, de ahí la gran responsabilidad de sus expertos -tan exigidos precisamente- por la gran necesidad de prever suficientemente los terremotos y erupciones volcánicas para que los habitantes evacuen. Sorprende, eso sí, que unos técnicos y científicos reputados acaben en la cárcel por ineptos. ¿Qué será con el Vesubio, acertarán? Y en Lorca en 2011, un 5,1 con nueve muertos, 324 heridos. Y siguen los temblores. Es zona sísmica.
No suele pasar esto en nuestros lares; pero recuerden la tragedia del túnel de bateo del béisbol Sant Boi el 24/1/2009, -cuatro niños muertos y nueve heridos-, vientos de 160Km/h y graves deficiencias de construcción, reconocidas por peritos judiciales. Tres inculpados sin graves consecuencias y dos técnicos reincorporados a sus puestos, 1,6M de euros de indemnización del Ayto. Tras dos años en prisión, seis de los siete técnicos italianos fueron absueltos en 2012 con protestas.
Volvamos ahora a la costa tarraconense, donde los temblores (519) provocados por el depósito submarino de Gas de Vinaroz los hemos padecido, pero ahora les pagaremos a Florentino y a la Caixa su desuso. La ministra Ribera cierra el depósito de gas que ella misma autorizó en el 2008, previo informe de eminentes geólogos. Sin más.
Cuando viajas por los Abruzzos, una región de pastores trashumantes que ahora es la zona central italiana donde empieza el Sur pobre, valoras el trabajo bien hecho de las nuevas viviendas antisísmicas tanto como la añeja calidad del cantero medieval que como nos recuerda el arquitecto Tusquets : “Trabaja bien, porque lo ve Dios”.
Mejor así que vivir peligrosamente con técnicos desalmados que como los futuristas italianos adoran la máquina aunque les falle.