La santboiana de adopción Sonia Guerra (1977) es la representante del PSC del Baix Llobregat en el Congreso de los Diputados y portavoz de Derechos Sociales del grupo parlamentario socialista en la cámara. Además, es la secretaria primera de la Comisión de Seguimiento y evaluación del Pacto de Estado contra la violencia de género y la secretaria de Políticas Feministas del PSC.
Licenciada en historia, y con tres másters en Historia de las Mujeres, Gestión Pública y Dirección de Servicios sociales, es una firme defensora de que los problemas reales de las personas en L’Hospitalet y el Baix Llobregat no se solucionan ondeando banderas, sino con políticas útiles y de proximidad.
Da la sensación de que tanto el Gobierno del PSOE (de cuyo grupo parlamentario forma parte), con Pedro Sánchez y Salvador Illa, como el Govern de la Generalitat, están gestionando mal la pandemia de covid-19. ¿Quién lo está haciendo peor?
No lo comparto. Estamos hablando de una pandemia mundial que a todo el mundo ha cogido por sorpresa. Así que no puede responsabilizarse a unos y otros por hacerlo mal. El Gobierno de España está demostrando su capacidad de reacción y que tiene grandes profesionales tomando decisiones. Aunque es comprobable que en las autonomías con más recortes en políticas públicas y en estado del bienestar la situación es peor.
Como en Cataluña…
En Cataluña se han escondido las ‘retallades’ de 2012 detrás de la bandera independentista y ahora se está notando. Y mucho. Sabe mal tener que decirlo, pero el Govern ha demostrado su incompetencia con la gestión de la crisis sanitaria. Esta es la realidad.
¿Por qué? ¿Porque se ha utilizado la pandemia con fines políticos?
Sí. Se ha utilizado y mucho. Ahí está lo del “Espanya ens mata’. Ahora parece que los ánimos se han relajado, pero en la primera etapa muchos miembros del Govern hicieron afirmaciones muy duras, como que en una Cataluña independiente el impacto del covid-19 sería menor. Al final, el tiempo y los hechos han puesto a cada uno en su sitio y se ha visto que la Generalitat no estaba capacitada para gestionar una pandemia como esta.
¿Qué está fallando?
El Govern de la Generalitat ha demostrado que no está capacitado para dar una respuesta eficaz, eficiente y efectiva a la pandemia. Pero tampoco es de extrañar. Durante 10 años, el independentismo se ha dedicado a abrir embajadas en lugar de invertir en política social. No se ha hecho una política de izquierdas y eso se nota mucho si llega una crisis. Ocurrió en el 2008 cuando los alcaldes se encontraron solos, con recortes y con la población desasistida. Entonces, ya estuvieron a la altura. invirtiendo en atender a personas y a las familias con problemas sociales, se creó empleo…
Y ahora, otra vez lo mismo, los alcaldes de nuevo están sacando las castañas del fuego. ¿También en el Baix Llobregat y L’Hospitalet?
Por supuesto. El papel de los alcaldes y alcaldesas del Baix Llobregat y, por supuesto, el de Núria Marín en L’Hospitalet y como presidenta de la Diputación de Barcelona, está siendo extraordinario. Los ayuntamientos están demostrando que son más ágiles para saber qué necesitan los ciudadanos porque están en contacto directo con ello. Pasó en la crisis de 2008 (aunque los recortes fueron en 2012) y pasa ahora. Ciudades tan importantes como Sant Boi o Cornellà están impulsando planes de ayuda a las pymes, a los autónomos al comercio local, justo cuando el Govern de la Generalitat ha hecho el ridículo con su bochornoso plan de ayudas a autónomos, que ha dejado a prácticamente todos fuera.
Alcaldes salvando los muebles a los consellers…
Sí. Cuando vienen mal dadas, la Generalitat se quita las responsabilidades de encima, se las carga a los ayuntamientos y se lava las manos. Un ejemplo son las becas comedor, que son de competencia autonómica, Si no hubiera sido por la implicación de los municipios, los niños de las familias más vulnerables no habrían tenido nada para comer el pasado mes de agosto.
Un problema de gestión…
Sí. En parte, lo que ha ocurrido con las becas es culpa de una gestión muy, muy deficiente por parte del Govern. Pero también porque, en el fondo, menosprecia el trabajo que se está haciendo desde los ayuntamientos metropolitanos.
¿Se menosprecia?
Sin duda. Dos semanas antes de que se permitiera volver a abrir a bares y restaurantes, los equipamientos culturales y deportivos y los centros de estética, los alcaldes del PSC del Baix Llobregat y L’Hospitalet hicieron un ejercicio de responsabilidad y pidieron por carta al Govern que decretara la inmediata reapertura de los negocios para evitar su ruina. Pues la Generalitat no contestó. No hubo ni una llamada por teléfono ni un correo electrónico. Nada.
Evidentemente, ¿tampoco se convocó ninguna reunión?
No. Claro. Y no tiene sentido. El Govern se queja continuamente del Presidente Sánchez y del ministro Illa, pero ellos se están reuniendo continuamente con los presidentes autonómicos y con los consejeros de Salut de toda España. Sin embargo los consellers catalanes no se están coordinando con el territorio ni escuchan a los alcaldes. Dan la callada por respuesta.
¿Y no queda más remedio aceptarlo?
Sí, por lealtad. Los alcaldes podían haber sido desleales, no dar tiempo a la Generalitat a responder y convocar una rueda de prensa. Pero han demostrado que, en contra de lo que suele hacer el Govern, son leales con las instituciones y con las administraciones de rango superior. Por eso no se quejaron públicamente de la falta de respuesta hasta muchos días después de enviar la carta.
Pero, aun así, la Generalitat siguió y sigue sin hacerles caso.
Exacto. Siguió sin haber respuesta y sigue sin haber, otra cosa es que haya tomado decisiones al respecto, porque ya ha comenzado la reapertura de locales. Pero sigue siendo una falta de respeto y de reconocimiento a todos los alcaldes y a todos los municipios.
¿No será que la Generalitat sigue viendo al viejo ‘cinturón rojo’ de Barcelona como un contrapoder?
Sí. Sigue pasando lo mismo que en los tiempos del President Jordi Pujol. El separatismo ve a los municipios metropolitanos como un contrapoder y no solo como a la irreductible ‘aldea gala’ que es impermeable al discurso engañoso del separatismo, pese a los esfuerzos que se han hecho para buscar alguna grieta por la que colarse, como prometer helado de postre si se conseguía la independencia. Solo hay que repasar el historial de inversiones de la Generalitat en el Baix Llobregat y en L’Hospitalet: únicamente han estado a la altura de las necesidades cuando ha habido un President socialista.
¿Y tanta confusión y tanta crispación no invita al abstencionismo?
La clave de las próximas elecciones catalanas puede ser la abstención. El bloque independentista se ha roto y los dos partidos en el Goven están en permanente enfrentamiento. Incluso se ha fragmentado la antigua Convergència. Eso ha hecho bajar un poco el suflé y la polarización del voto de las últimas elecciones autonómicas.
Pero a los electores le va a seguir haciendo falta un incentivo para no quedarse en casa el 14F.Y más con el coronavirus.
Los próximos PGE pueden ser ese incentivo porque se van a aprobar a primeros de año y priorizan el estado del bienestar, pues destinan 7 de cada 10 euros a políticas sociales. La gente lo que quiere es que los políticos les resuelvan los problemas y ahora sí que ve viable un cambio.
Unos PGE que contemplan una jugosa partida para el Baix Llobregat…
Sí. Una inversión de 150 millones de euros. Estamos delante de una oportunidad histórica porque van a llegar 27.000 millones de euros en fondos europeos y es muy importante que las comunidades autónomas se pongan las pilas, porque los recursos ya no van a repartirse por criterios tradicionales, como la demografía, sino por competencias. Y las autonomías que más se lo trabajen son las que van a recibir más fondos.
¿Cataluña ya se ha puesto manos a la obra para conseguir un buen pellizco de esos fondos?
Cataluña ha perdido comba porque no está a la altura. Valencia y Madrid le han pasado por delante. Pero es que no puede ser que el Govern decida que no va a las reuniones en las que se decide el destino de los fondos por motivos ideológicos, porque eso supone dejar fuera a muchos millones de catalanes. Cataluña podría conseguir hasta 33.000 millones de euros, pero debe estar preparada. Y no lo está.
¿No lo está?
No. Como soy la portavoz de Derechos Sociales del grupo socialista en el Congreso conozco al detalle lo que está pasando en cada comunidad autónoma y ya hay muchas que están trabajando y mucho para optar a los fondos. Y mientras, en Cataluña seguimos como si oyéramos llover. Nos va a pasar como con la segunda oleada del covid-19, que llegó sin que nos enteráramos. Llegarán los fondos y,aquí todavía no sabremos qué hacer con ellos y los veremos pasar de largo. Y no puede ser. No puede ser que el Baix Llobregat y que L’Hospitalet pierdan recursos y oportunidades por la incompetencia del Govern de la Generalitat.
Cosas del independentismo…
Tristemente. Pero, por suerte, la situación está cambiando. La pandemia y la incompetencia en la gestión del covid-19 del exPresident Quim Torra y de los actuales consellers con responsabilidades en la pandemia ha hecho que la ciudadanía se haya dado cuenta de que ahora la prioridad es superar la crisis sanitaria, social y económica, no la estelada.
Pero eso no parece haber provocado ningún cambio de actitud en el Govern de la Generalitat.
No, porque sigue empecinado en anteponer su proyecto único a las medidas urgentes que es imprescindible poner en marcha. Sin ir más lejos, hace unos días la diputada y portavoz de Junts per Catalunya (JxCat) en el Congreso de los Diputados, Laura Borràs, votó en contra de la propuesta de Presupuestos Generales del Estado (PGE) porque no tenía en cuenta a los políticos catalanes presos. Eso es lo mismo que decirle a toda la ciudadanía -vote a quien vote- que debe sacrificar su bienestar y sus recursos porque se ha decido que los políticos que están en la cárcel van delante, Es una barbaridad.
¿Y hay alguna solución? ¿Hay alguna forma de que en Cataluña se vuelva a hacer política y se deje la gesticulación separatista?
Podemos pasarnos la vida hablando del 1 de octubre o podemos sentarnos, ver en qué puntos estamos de acuerdo, cómo podemos mejorar la situación y ponernos a trabajar. Todo sería mucho más fácil si se consiguiera que los extremismos se diluyeran e imperaran la moderación y el diálogo.
Un escenario de moderación, ¿Podría beneficiar al PSC en las próximas elecciones autonómicas del 14-F?
El resultado del 14-F va a depender de si se vota en los mismos parámetros identitarios de los últimos diez años en Cataluña o si se vota por prioridades, Sí la gente vota pensando en sus auténticas necesidades económicas, sociales, del sistema de salud y educativas, entonces sí, que puede beneficiar al PSC porque es el partido que sabe gestionarlas. No es baladí que los alcaldes socialistas del Baix siempre obtengan unos muy buenos resultados en las municipales, porque dan la cara y dan respuestas a los problemas. Por eso también les vota gente que no es socialista y ese tipo de políticas son las que también deberían imperar en el Govern.
Y que el PSOE haya aceptado que el castellano ya no sea una lengua vehicular en Cataluña, como le ha exigido ERC, ¿no le puede pasar factura en las urnas al PSC?
La polémica de la lengua de la ‘Ley Celaá” es una fake new que solo busca la confrontación, algo que favorece tanto al independentismo catalán como al nacionalismo español, porque se retroalimentan.
Pero el concepto de ‘lengua vehicular’ se ha suprimido.
No es correcto, no deja de ser vehicular. Se ha incorporado “en el marco de la Constitución”, algo que no creo que le haya hecho demasiada gracia a ERC, porque es un eufemismo de lengua vehicular. No entiendo que se haga política con el catalán y el castellano. Si tener dos lenguas es una riqueza. De lo que debería preocuparse la Generalitat es de que en la escuela pública se impartan clases en inglés, como en la escuela concertada. III