Aunque nació en Sant Sadurní d’Anoia (Alt Penedès) en 1953, el filólogo, historiador y profesor jubilado, Joan Estruch Tobella, llegó a Sant Boi con solo un año de edad y ha vivido en la ciudad buena parte de su vida.
Fue profesor en el colegio Llor y en el IES Rubió i Ors y su afición por la historia y la literatura se la debe en buena parte a las largas jornadas que pasó devorando libros en la Biblioteca Popular santboiana cuando era más joven. Con numerosas obras a sus espaldas (como “La historia oculta del PCE”), acaba de publicar “Bécquer: Vida y Época” (editado por Cátedra), una biografía del genial poeta que desmonta muchos tópicos y estereotipos sobre su figura.
Los que ya acumulamos unas cuantas décadas, tenemos al poeta Gustavo Adolfo Bécquer como un mito, como el poeta por excelencia del que copiábamos versos de sus Rimas para nuestras cartas de amor y de desamor. Para varias generaciones es como una más de sus propias Leyenda. Pero ahora resulta, tras leer su libro, que el escritor no era lo que nos parecía…
Exactamente. Solo ha trascendido una imagen del Bécquer poeta ajeno a la vida social de su tiempo, como un ángel celestial en una nube. Pero la realidad es otra. Bécquer vivió intensamente de la política, se benefició de prebendas, fue censor de novelas, responsable de propaganda del partido moderado de Narváez y trabajaba en los diarios afines a esta ideología. Y no se escondía. Esta faceta de Bécquer era de dominio público. No se está descubriendo ningún misterio ahora.
¿Era muy activista?
Sí. Nunca se calló nada y entró al trapo en todas las polémicas. Está todo perfectamente documentado.
¿En qué ideología actual se podría encuadrar a Bécquer?
Si viviera ahora, Bécquer sería un periodista político militante del PP. La derecha moderada de Narváez, era de corte conservador y liberal.
Curioso, porque tenemos la costumbre de relacionar a los poetas con el progresismo, con la izquierda.
Se piensa que los intelectuales siempre son progresistas y de izquierdas, pero no es así. Solo lo son cuando hay represión, como con Franco. Las ideas de Bécquer no eran para nada progresistas pero su poesía es de un valor literario inmenso. Pero a un escritor se le ha de valorar por su obra, no por su ideología. Si no, ¿qué hacemos con el argentino Jorge Luis Borges? Si a Borges, que es un grandísimo escritor y un maestro de los relatos, lo juzgaran ahora por sus ideas políticas habría que quemar todos sus libros.
Si Bécquer no escondía su faceta política, ¿por qué nunca se nos contó nada de ella?
Porque se tapó cuando murió en 1870. El pasado 22 de diciembre hizo justo 150 años. Sus amigos intentaron ocultar su parte política cuando intentaron editar sus obras para recoger dinero para su viuda y sus hijos.
¿Las famosas Rimas y leyendas?
No. Sus obras completas se llaman genéricamente “Obras” y están recogidas en dos volúmenes. Están en ellas las Rimas y leyendas y algunos artículos de prensa no políticos, sobre costumbres de Madrid. Pero en los dos volúmenes no están recogidas todas sus obras, ni mucho menos. Bécquer escribía cada día un artículo en el diario y no siempre lo firmaba. Era normal en la época.
Si ser poeta y a la vez periodista de artículos políticos era tan frecuente en su época, no se entiende que a Bécquer le quitaran intencionadamente esta segunda etiqueta.
Sus amigos optaron por ‘venderlo’ como un ángel puro que no se metía en nada para convertirlo en un poeta apolítico, Hay que entender los tiempos en los que sucedió esto: España estaba en plena efervescencia revolucionaria, estaban a punto de llegar Amadeo I de Saboya, la Primera República, la rebelión federal y otra Guerra Carlista. Debieron considerar que, si su imagen se mantenía neutral, su obra tendría más salida.
Es decir, el Bécquer que llega al siglo XX y al siglo XXI ¿nace después de su propia muerte?
Sí. Esa imagen de poeta soñador, que no se mete en nada, incomprendido por la sociedad y que muere en la miseria es falsa.
¿No muere en la miseria?
Para nada. Bécquer vivía en la calle Claudio Coello, en el barrio de Salamanca de Madrid, era vecino del propio Marqués de Salamanca. Fue director de revistas entre otras cosas, y eso estaba bien pagado en aquella época. Solo como censor tenia un sueldo de 24.000 reales anuales, que era una pequeña fortuna.
No cuadra lo de ser censor y escritor a la vez…
El cargo de censor se lo concedieron a dedo. No tenía la titulación necesaria para ejercerlo. Fue un claro caso de corrupción. Pero es algo que hacían todos los escritores de aquella generación. Con Campoamor también ocurrió algo parecido.
Entonces, ¿se puede decir que lo que hizo que Bécquer pasara a la posteridad fue su retocada imagen angelical posterior?
Solo eso no. Bécquer fue sin duda alguna un gran poeta. Pero el hecho de que se lograra separar su intimidad, sus emociones, de la vida pública y política ayudó a encumbrarlo.
¿Qué otros elementos han hecho que perdure en el tiempo su poesía?
Sobre todo, que es íntima y nace de sentimientos profundos como el amor, la incertidumbre, el miedo a la muerte… Bécquer fue el primero de su época que sólo utilizó los versos para plasmar sentimientos profundos mientras sus contemporáneos hacían poemas en honor de las cosas cotidianas, para celebrar una inauguración. Un ejemplo es la Canción del Pirata de Espronceda, que no es más que un estribillo insustancial. Nada que ver con Bécquer. Los poetas de la época de Bécquer ahora estarían escribiendo versos sobre la pandemia y el covid-19.
Lo sentimental frente a lo cotidiano…
Los versos de Bécquer tienen sobre todo mucha profundidad. Son poemas cortos y sencillos pero llenos de contenidos sentimentales auténticos. Eso es lo que hace que el lector de entonces y el de ahora conecten de la misma forma con ellos. Porque cualquier persona puede haber sentido algo parecido..
Bécquer, ¿sufrió más de amor o de desengaño?
No se sabe demasiado de su vida privada y de si tuvo muchas o pocas aventuras amorosas. Es innegable que tiene fama de poeta desgraciado, aunque muchas de sus rimas son eufóricas pues su amor es correspondido. Es cierto que hay otros poemas que hablan de ruptura o de desamor, de infortunio, pero no sé sabe a ciencia cierta si lo que explica es real o es una recreación perfectamente adornada. El no quiso que se supiera, se lo guardó todo para él.
¿No quiso que se supiera?
No. Su poesía es intimista y describe su mundo interior pero no le gustaba que la gente chafardeara sobre a quién dedicaba los poemas. Se cree que la cantante de ópera Júlia Espín puede ser la musa de alguna de sus mejores rimas y que posiblemente compuso alguna pensando en alguna amante. Pero los únicos versos que tienen dedicatoria son los que le escribió a su mujer, Casta Esteban y Navarro.
¿Fue importante su mujer en la vida de Béquer?
Se decía que no había entendido al poeta pero no es verdad, Casta Esteban fue una precursora del feminismo en España, junto a la escritora Emilia Pardo Bazán. Esteban llegó a escribir una obra “Mi primer ensayo”, donde se recogen sus ideas feministas.
¿Su investigación para la biografía ha destapado algún texto nuevo de Bequer?
Sí. He encontrado algún texto político sin firmar que no se le había atribuido pero que comparando con el lenguaje con otras de sus obras se puede determinar que Bécquer en sin duda su autor, Pero mi biografía no trataba tanto de eso como de desmitificar a Bécquer, de redescubrir al Bécquer de carne y hueso, con sus problemas personales, con sus actitudes políticas rayanas a la corrupción, con sus dos sueldos, con todo…
¿Y cómo definir a Béquer en pocas palabras?
Es un gran poeta, un gran escritor y un gran comunicador de sentimientos universales. Las Rimas y Leyendas han sido traducidas al japonés y se leen mucho, no como un bestseller. Y los japoneses, que tienen su propia forma de ver la vida, lo entienden y lo disfrutan. Esa es la prueba del 9; si tu obra supera tu propia época y es válida para las generaciones posteriores y si también traspasa culturas, entonces eres un gran escritor. Solo se investiga a los grandes. Los demás, los mediocres, se olvidan. Nadie se acuerda de ellos. III