La tecnología avanza entre nosotros y las revoluciones industriales se suceden vertiginosamente.
En la actualidad, se está produciendo la convergencia de numerosas tecnologías del mundo digital al mundo de la industria. La digitalización de las fábricas, sensorización, inteligencia artificial, conectividad 5G, ciberseguridad y la realidad aumentada constituyen los motores fundamentales de dichos cambios.
Ahora lo físico pierde relevancia y la inteligencia humana jugará un nuevo rol. Los humanos se asemejan cada vez más a las máquinas y viceversa. Ha habido tres grandes revoluciones principales en un plazo de 200 años, la primera con la irrupción de sistemas de producción mecánicos con tracción hidráulica y de vapor, la segunda con la producción en serie, la división del trabajo de producción y el uso de sistemas eléctricos, y la tercera con la incorporación de la microelectrónica y tecnología de la información para automatizar la producción. El aspecto común de las citadas revoluciones ha sido el incremento del volumen de empleo y el nivel de bienestar, incluso de extensión de los derechos sociales. Por tanto, el balance neto ha sido positivo. Ahora bien, existe una velocidad de la tecnología exponencial, pero los cambios traducidos a la sociedad y las organizaciones se producen de forma más paulatina.
Nos espera un mundo intangible completamente digitalizado, que llevará a la digitalización del yo, y a la distinción entre identidad biológica y digital. Se vivirá cada vez más en espacios digitales, aunque lo físico tendrá su ubicación, con mayor presencia de la realidad virtual y aumentada. En definitiva, resulta más económico recurrir a la inteligencia artificial, con seres no físicos sino inmaterializados, a diferencia de los robots que, no obstante, mantendrán su espacio, aunque menor al que la ciencia ficción había pronosticado en el pasado.
Estaremos rodeados de seres digitales virtualizados con inteligencia artificial en una realidad virtual alternativa. La tecnología con mayor difusión va a ser el ingenio humano aplicado a las nuevas tecnologías digitales, mezclando tecnología, creatividad y negocio para mejorar la eficacia de los procesos.
Como retos presentes, señalar que la robótica de servicio está creciendo, sin olvidar el aspecto colaborativo entre empresas que también resultará fundamental en este campo, destinando las empresas inversiones en este sector superiores a las de ciberseguridad.
Se requiere para conseguir los objetivos indicados, mayor inversión en tecnología e I+D+I. En definitiva, el reto es más social que tecnológico, el progreso debe ser inclusivo, y la sociedad debe ofrecer a los trabajadores que realicen trabajos muy repetitivos y especializados, que son fácilmente automatizables, otras alternativas basadas en la creatividad o vinculadas con el trato humano en el aspecto emocional, a través de una recualificación profesional, y reforma del sistema educativo y de formación continua, que en el momento presente todavía no está a la altura de los retos planteados. III