No habrá botellones masivos en las playas de Castelldefels y Gavà durante la verbena de Sant Joan. O eso es lo que se va a tratar de impedir. Los ayuntamientos de las dos ciudades han decidido cerrar el acceso a la playa la noche del próximo 23 de junio, aunque están estudiando “fórmulas para garantizar el acceso a la arena a los vecinos y a los clientes de los establecimientos de restauración situados a la franja costera” han explicado fuentes municipales de Castellefels.
La decisión conjunta se apoya en las recomendaciones del Procicat para poner coto a un posible aumento de los contagios del covid-19 debido a las más que posibles aglomeraciones que suelen producirse durante las celebraciones del solsticio de verano. Se trata de “no poner en riesgo la mejora de los indicadores epidemiológicos”, han reconocido las mismas fuentes.
Las dos ciudades permitirán el libre acceso a los chiringuitos y a los restaurantes de la playa, siempre que tanto los locales como su clientela respeten las medidas sanitarias dictadas. La prohibición irá acompañada de fuertes dispositivos policiales en ambas localidades para evitar una invasión masiva de la arena e impedir también que se consuma alcohol en la vía pública. Además, Gavà va a hacer extensiva la prohibición a la celebración de la verbena de San Pedro, la noche del 29 de junio.
Tolerancia metropolitana
El blindaje del litoral de Castelldefels y Gavà contrasta con la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de permitir la entrada a las playas, aunque con restricciones severas y bajo un estricto control policial para evitar las peligrosas fiestas multitudinarias que puedan ser un foco de contagios. La decisión de ambos consistorios también ha sorprendido a sus vecinos de Viladecans y El Prat, que este jueves se reunieron representantes municipales de Barcelona, Badalona y Sant Adrià de Besòs para anunciar la apertura de las playas metropolitanas, aunque con matices según cada cuidad.
Si (
No(
