El Centre d’Empreses de Procornellà, empresa municipal de promoción social, urbana y económica de Cornellà, es pionero en acompañar a los emprendedores en su despegue, en especial a los que se lanzan a ese vertiginoso mundo que son las startups tecnológicas.
El centro empresarial, con el apoyo de Telefónica, acaba de escoger los proyectos que conformarán la sexta edición de Cornellà Open Future, una iniciativa que anualmente se vuelca en los embriones de startups con mayores posibilidades de éxito en el territorio metropolitano por su innovación. Y en esta búsqueda de talento y en el proceso de convertir una idea luminosa digital en un negocio viable juega un papel fundamental el equipo que capitanea Beatrice Deghilage (París, 1964), directora del Centre d’Empreses de Procornellà desde 2005. La ejecutiva, economista de profesión, pone sobre el tapete para EL LLOBREGAT los entresijos del emprendimiento y sus tendencias de futuro.
Miguel Ríos vaticinaba, a golpe de rock, en los años 80 del siglo pasado que en el año 2000 entraríamos en “la era de Mister Chip, microordenador de tu porvenir”. No andaba desencaminado, porque vivimos en una sociedad cada vez más informatizada y digitalizada. Dos décadas después del cambio de milenio, el paradigma previsto por el rockero granadino ha evolucionado empujado por el fulgurante auge del emprendimiento tecnológico e innovador. ¿Estamos ahora en la era de las startups, o es una tendencia pasajera?
Es así. Sí estamos. Las startups están de moda, más que nunca y han venido para quedarse. Suelen tener modelos de negocio atractivos para los inversores pero, sobre todo son una fuente de innovación para las empresas. Resultan atractivas para la juventud porque los jóvenes creen que pueden llegar a ganar mucho dinero, ademas de pasarlo bien.
¿Realmente se gana dinero con las startups?
Hay muy pocas que den dinero, que sean rentables. Es muy difícil. Solo el 20% de los proyectos de innovación tecnológica que entran en la incubadora de Procornellà se consolida como empresa. Y de éstas solo la mitad sobrevive más allá del tercer año. Sin embargo, cada vez más, surgen startups unicornio, que son las que están valoradas en un millón de dólares. En España tenemos el ejemplo de Wallapop o Glovo.
Si, en general, no son demasiado rentables, ¿por qué están de moda las startups?
Porque los bancos no te dan dinero por tu dinero. Los intereses están por los suelos e invertir en proyectos es una manera de rentabilizar el capital del que se disponga. Además, ayuda que hay incentivos de las administraciones, proyectos públicos de incubación o de aceleración de startups, que ayudan a los proyectos a abrirse camino. Es lo que hacemos en el Centre de Negocis.
¿Es necesaria la mediación de una administración para que una startup se consolide?
Que las startups funcionen solas sin ningún tipo de tutela externa es difícil, son más propensas a venirse abajo. Es mucho mejor que formen parte de un programa (como Cornellà Open Future) porque, además de recibir asesoramiento y orientación, les permite hacer pruebas piloto del proyecto, consolidar el equipo de trabajo y reducir riesgos. Poner en marcha una empresa tecnológica es como hacer escalada: es un deporte de riesgo.
Y para una startup del Baix Llobregat, el programa de aceleración Cornellà Open Future es como llevar un cinturón de seguridad... ¿Pero qué más cosas les ofrecéis? ¿Qué os diferencia del resto de aceleradoras?
Somos el único programa del Baix Llobregat que colabora con Telefónica y que tiene un vivero tecnológico y un equipo multidisciplinar y transversal propio. Ademas ofrecemos servicios legales y de gestoría a las startups que acompañamos. Nuestro objetivo es posicionarnos como especialistas en la gestión de startups en el Baix y crear cada año cuatro con potencial de crecimiento.
¿Y el ingenio da para tanto?
Sí. Hay muy buenas ideas, pero lo difícil es hacerlas aterrizar de manera viable. Aunque es más importante el equipo que la idea. Un equipo bueno con una idea mediocre, funciona. Pero una idea genial con un equipo mediocre fracasa.
¿Cómo consigue Cornellà Open Future hacer aterrizar una idea?
Para empezar es importante hacer una buena selección en base a la idea, al equipo, al potencial de crecimiento y al grado de innovación. Realizamos una convocatoria anual donde elegimos un máximo de diez startups. A partir de ahí, empieza un programa de tres meses en los que la startup recibe asesoramiento, y formación para hacer estudios de mercado -que permitan validar su idea de negocio y captar financiación a partir de diferentes simulaciones- y se habla con posibles clientes y se comprueba que la propuesta resuelve realmente algún problema, y sobre todo, que está orientada al mercado.
¿Orientada al mercado?
Nosotros decimos: “No desarrolles algo hasta que no sepas a quién le puede interesar”, o el proyecto estará condenado al fracaso. Para que la idea fructifique es necesario saber cómo monetizarla. Y para eso hay que salir a consultar al mercado antes de emprender.
Y la clave del éxito es...
No hay una receta mágica. Pero es primordial que se disponga de una propuesta de valor, que se estudie a la competencia para comprobar si hay alguien que ya ha resuelto el problema que nuestra startup pretende solventar. Hay que clarificar en qué se es mejor que los demás. En Procornellà identificamos startups innovadoras y les damos oportunidad de encontrar empresas del territorio que puedan estar interesadas en lo que ofrecen. Hay muchas pymes que no tienen departamento de I+D y lo suplen colaborando con una startup.
¿Y es mejor tener un departamento propio de I+D o delegar en una startup?
El futuro está en el Corporate Venturing, que es un nuevo modelo de innovación basado en la colaboración entre una startup y una empresa Las grandes compañías se han dado cuenta que es arriesgado confiar la innovación solo al departamento de i+d propio. Es necesario aprovechar el talento que existe dentro y el de fuera que puede aportar una starup, que además suma frescura, una nueva manera de ver las cosas y, por tanto, innovación.
¿Cuál es el perfil del equipo de una startup?
Gente joven (de 20 a 25 años), con carrera universitaria, poca experiencia laboral y que busca algo de aventura.
¿Aventura es sinónimo de pelotazo?
Los que buscan un pelotazo son una minoría. La mayoría tiene ilusión por crear algo que ayude a solucionar problemas o a mejorar la vida de las personas. Y encima, con una alternativa laboral más atractiva que el trabajo convencional.
¿Y ese atractivo funciona?
Por supuesto. Una veintena de emprendedores que han participado en anteriores ediciones del Cornellà Open Future han logrado convertir su idea primigenia en un negocio real y en activo. Ademas, las iniciativas que se quedan en nuestro vivero de empresas tienen mas posibilidades de sobrevivir que si se van. La tasa de supervivencia al tercer año llega al 80% en el vivero frente al 55% fuera. El motivo: una vez acabado el programa, el acompañamiento a la startup continúa. III