Y es que no es de extrañar, lamentablemente. La ciudad está paralizada por un gobierno que ha colapsado y se precipita. Sin liderazgo ni capacidad de solucionar los problemas que tenemos los vecinos, el gobierno municipal acumula todo un seguido de despropósitos, como la paralización de las obras de la Av. Constitución o la no presentación de un presupuesto para este 2022. A ello se le suma que no ha elaborado unas nuevas ordenanzas para este año, por lo que las subidas de impuestos de los años anteriores se van a mantener.
Por otro lado, lo que sí que ha sido capaz de tirar adelante es una subvención directa a una fundación para una exposición sobre salud en el barrio de Vista Alegre, en concreto más de 160.000 euros. Algo del todo innecesario, ya que el proyecto que estaba previsto en aquel espacio era la instalación de un centro de salud. Es decir, hemos pasado del ambulatorio impulsado por el PP, a cambiarlo por una exposición (proyecto estrella del PSC y sus socios).
Castelldefels, una ciudad con impuestos altos y capacidad de generar recursos, no se merece un gobierno que no sepa cuáles son las principales prioridades que necesita la gente. Se van a perder entre 8 y 11 millones de euros en un carril bici en la C-245 cuando ese dinero se tendría que haber destinado para ayudar a tantas familias que se han quedado sin empleo, empresas que o bien están a punto de cerrar o pasan graves problemas, o para ayudar a los más castigados por la triple crisis que estamos viviendo: la sanitaria, la económica y la social.
Mientras, otros trabajamos en construir la alternativa de cambio que necesita la ciudad, y que muy pronto tendrá una nueva oportunidad de conseguir que Castelldefels vuelva a ser una ciudad de primera.