El Ayuntamiento de Cornellá ha comenzado a instalar nuevos contenedores de basura con el objetivo de responder de forma más eficiente a las demandas de la ciudadanía, e incorporar recursos y tecnologías más innovadoras y sostenibles. Además, esta actuación se lleva a cabo de acuerdo con la nueva contrata de limpieza viaria y recogida de residuos.
En esta ocasión, el Ayuntamiento no se está limitando a instalar los contenedores comunes, sino que esta actuación destaca por la incorporación de un nuevo modelo de contenedor inteligente, seguro y accesible, el cual optimiza el sistema de recogida de residuos. Este nuevo contenedor destaca, principalmente, por la incorporación de un sistema de cierre electrónico individualizado, el cual se introducirá mediante diferentes fases.
La primera se alargará durante el mes de abril, y se encargará de instalar los contenedores de las 5 fracciones en toda la ciudad, de manera que colocarán un total de 1.500 unidades. Por tanto, durante esta fase los usuarios tendrán que accionar un botón y esperar hasta que se active una luz verde para poder abrirlo con el pedal e introducir los residuos. Mediante este nuevo sistema, buscan facilitar la correcta separación de residuos y evitar los impropios.
Debido a estos cambios, un equipo de informadores ambientales se encargará de dar a conocer esta novedad a los ciudadanos y ciudadanas a lo largo de la fase de implantación, además de recoger su opinión y sus aportaciones.
Por otro lado, la segunda fase llegará durante el verano de este 2022, momento en el que activarán el cierre electrónico con tarjeta para las actividades comerciales. Finalmente, durante la última fase se activarán el cierre electrónico para todas las viviendas del municipio de forma progresiva, y se prevé que se realizará durante el último trimestre de 2023. Para ello, llevarán a cabo una campaña informativa y repartirán tarjetas personalizadas para que puedan abrir los contenedores.
El Ayuntamiento de Cornellá ha decidido lanzar esta iniciativa con el propósito de aumentar la calidad de recogida selectiva, fomentar las buenas prácticas en materia de reciclaje y, por último, cumplir con los objetivos marcados por la Unión Europea.
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