La policía local refuerza sus dispositivos de seguridad con perros adiestrados

La tarde-noche del pasado 12 de agosto marcará un hito para la policía Local de El Prat porque al patrullaje vespertino y nocturno se sumaron perros adiestrados por primera vez en la historia del cuerpo. Este patrullaje estival no va a ser el único. Al contrario, los perros policía van a desempeñar a partir de ahora labores de refuerzo de dispositivos de seguridad de la ciudad como el control del tráfico o el de personas en espacios públicos, por ejemplo, a la hora de gestionar los accesos a acontecimientos con gran afluencia de público, como fiestas o conciertos.

Para poder integrar a los perros en la policía local ha sido necesario que estos hayan sido debidamente entrenados, Por este motivo, el Ayuntamiento de El Prat ha firmado un contrato con una empresa especializada en esta materia: Barna Gos K9, que se encargará de proporcionar tanto a los animales como a guías especializados en su adiestramiento, “para que apoyen a los agentes locales”, han destacado fuentes municipales.

La incorporación perros a los dispositivos de la policía local de El Prat se enmarca en el proceso de renovación del cuerpo, que tiene entre sus objetivos “el fomento de la innovación en seguridad pública, además de rejuvenecer y feminizar la plantilla, entre otros aspectos”, han recordado las mismas fuentes.

100.000 veces más olfato

En el caso de la policía local de El Prat, los perros participarán en operativos en los que su olfato sea una ventaja añadida, pues, según datos de los Mossos d'Esquadra (que también cuenta con patrullas caninas), su capacidad olfativa es 100.000 veces superior a la de las personas. Esta virtud está especialmente indicada en el control de acontecimientos multitudinarios, aunque también resulta de utilidad en el control cotidiano de parques, plazas, calles o pistas deportivas.

Los canes también pueden ayudar en funciones de salvamento. Por ejemplo, en detectar donde se encuentra una persona desaparecida, en caso de emergencia por incendios, derrumbamiento de edificios o explosiones de gas. Así mismo, son una pieza esencial en los equipos seguridad que se ocupan de detectar explosivos o sustancias estupefacientes e incluso en los de la policía científica, entre otros.