El temporal de levante sigue provocando estragos en las playas del Delta del Llobregat sin que nada ni nadie lo detengan. El oleaje ha arrasado completamente este viernes el arenal de Gavà-Mar que se reconstruyó en la pasada primavera después de haber sido engullido por la borrasca Celia. Los daños provocados por estos últimos envites del mar son tan radicales y visibles que las dunas parecen auténticos acantilados de arena.
La regresión en el litoral del Baix Llobregat avanza a pasos tan agigantados que da miedo. Hace menos de tres meses (concretamente el 22 de septiembre) el temporal ya se comió buena parte de los arenales de Gavà-Mar, dejando claro (que si a alguien le quedaba a alguna duda) que la reposición de arena realizada el julio no era más que un efímero parche y que se necesitan con urgencia medidas estructurales de calado para frenar la desaparición de la costa.
La primera en reconocer que la reposición anual de arena no soluciona nada y es insuficiente es la propia alcaldesa de Gavà, Gemma Badia. El pasado mes de julio (durante una visita a los trabajos de recuperación de los arenales afectados por el temporal Celia), Badia se desmarcó asegurando “somos del todo conscientes de que estas aportaciones no son la solución. La solución definitiva tiene que ser estructural”. En el consistorio siguen pensando lo mismo.
Sin recuperación natural
Cuando la ‘mordida’ de septiembre, los técnicos de Gavà apuntaron que era posible que una parte de la costa dañada pudiera recuperarse lentamente “de forma natural” simplemente con las idas y venidas de las mareas. Pero el tiempo (también el atmosférico) ha acabado por quitarles la razón. La situación ha empeorado, y de qué manera.
Los peligros que corre el litoral del Delta del Llobregat son más que conocidos, aunque no por ello se está actuando con celeridad para ponerle freno Unos recientes estudios sobre las dinámicas marinas encargados por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han dictaminado que la situación es muy grave. Si no se pone en marcha un plan de medidas estructurales de estabilización de gran alcance “las playas podrían perder más de 20 metros (de anchura) en los próximos 30 años”, según reza en los informes.
160.000 metros cúbicos perdidos
El informe metropolitano sobre dinámicas marinas ha constado que anualmente, el litoral del Delta del Llobregat pierde 160.000 m³ de arena. El Port de Barcelona, en cumplimiento de la Declaración de impacto ambiental (DÍA), repone anualmente unos 100.000 m3 (este año con un notable retraso que ha perjudicado a la temporada estival de baños), una cantidad que el AMB también define como “insuficiente
Además, “la granulometría de la arena (que se utiliza en las reposiciones) no es la adecuada”, han asegurado fuentes metropolitanas. Actualmente, la arena que reemplaza a la perdida de las playas del Baix se extrae con una draga del fondo de Port Ginesta (Garraf) pero es muy fina, lo que la convierte en un blanco fácil para las corrientes y los temporales. Por eso desde el territorio se ha empezado a reclamar que se emplee arena procedente del fondo marino de la bocana del puerto, mucho más gruesa y resistente a las tempestades.
Colaboración técnica e institucional
En vistas de la gravedad del asunto, desde el AMB se ha pedido ayuda al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) y se le ha instado a que para que desarrolle el imprescindible plan de estabilización. El ente metropolitano incluso ha ofrecido al ministerio la “máxima colaboración técnica e institucional” con tal de que se saque adelante el plan que permita recuperar y conservar las playas metropolitanas de forma permanente e indefinida.
El origen de la regresión del litoral deltaico hay que buscarlo en la ampliación del Port de Barcelona. El dique construido en la desembocadura del cauce del río desviado para favorecer la expansión de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) portuaria juega “un papel negativo en la regeneración de las playas del delta”, reconocen los técnicos de AMB. Esta infraestructura, que tiene ocho metros de hondo, actúa como “trampa” de sedimentos, que bajan hasta esta profundidad y después se quedan atrapados. Así pues, “la cuenca sedimentaria del río Llobregat se ha desconectado del delta, hecho que rompe la dinámica natural de aportación y transporte de sedimentos, que a la vez son regeneradores naturales de arena en las playas”, han confirmado los informes metropolitanos.
Un metro menos cada año
A esta regresión ’artificial’ hay que añadir los estragos causados por las tempestades estacionales. Los temporales se han incrementado notablemente desde el 2017 y cada vez “son más prematuros, intensos, frecuentes y largos. Esta coyuntura hace aumentar la erosión y la inundabilidad de las playas, lo que se ha traducido que las playas del litoral metropolitano sur retrocedan un metro de media anual”, afirma el AMB.
Pero también hay datos esperanzadores en el informe metropolitano sobre dinámicas marinas. El primer estudio de las playas del delta del AMB ha permitido descubrir “un sistema de barras de arena sumergidas que podría proteger las playas del litoral metropolitano sur, con 1,5 metros de altura y una longitud de 20 kilómetros”, han indicado fuentes metropolitanas.
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