Apremiados por el cambio climático y la obligada apuesta por hábitos más saludables, estamos asistiendo a una transformación sin precedentes de la movilidad en las ciudades.
Pacificaciones de calles, carribicis, superilles y zonas de bajas emisiones limitan cada vez más el uso del coche y alumbran la aparición de medios de transporte alternativos como el patinete, que ha irrumpido con fuerza en nuestros municipios, hasta el punto de obligar a regularizar su uso a través de ordenanzas que ponen el acento en los límites de velocidad de estos vehículos y en una circulación responsable para evitar entrar en conflicto con el peatón.
Ahora, la inquietud generada por el incendio de uno de estos patinetes en el interior de un vagón de Ferrocarrils de la Generalitat ha provocado que la Autoritat del Transport Metropolità instase a los diferentes operadores de transporte público (metro, autobuses, tranvías, Rodalies de Renfe i Ferrocarrils) a prohibir temporalmente el acceso de estos vehículos a sus flotas e instalaciones. Es evidente que esta prohibición temporal debe inscribirse en la progresiva adaptación al espacio público que requiere toda nueva modalidad de desplazamiento por la ciudad, que debe regirse siempre por el principio de seguridad preventiva. Estamos por tanto ante una medida proporcional y ajustada a la preocupación suscitada por el incendio.
Sin embargo y al mismo tiempo, no debemos olvidar que los patinetes eléctricos contribuyen y facilitan la intermodalidad entre municipios, un tipo de movilidad necesario a causa del déficit de transporte público de algunas ciudades de nuestro entorno y que en muchos casos obedece a razones de carácter ocupacional o de estudios. En este sentido, y para evitar perjuicios mayores a aquellos colectivos, especialmente las personas jóvenes, para los que el patinete constituye un medio de transporte eficaz, sería deseable que se levante la prohibición actual cuando se haya garantizado la seguridad tanto en la vía pública como en el interior del transporte público a través de las medidas y la reglamentación que se decidan aplicar.
Porque volver a ver patinetes en los descansillos del transporte público significará haber dado un paso más a favor de una movilidad sostenible. III