Los vecinos del entorno de las calles del Treball y del Pintor Sorolla de L'Hospìtalet -una cuña del barrio de Sant Josep que se incrusta entre las vías del tren, el parque de La Torrassa y Santa Eulàlia- no ganan para sustos. Ni para desperfectos. En menos de un año, en el solar que se utiliza como aparcamiento junto a los raíles se han declarado tres incendios, con todos los visos de ser intencionados, que han calcinado decenas de coches propiedad de los vecinos de la zona. El último siniestro se ha producido este pasado fin de semana y ha dejado muchos coches "totalmente carbonizados", irreconocibles.
Según el propietario de uno de los vehículos incendiados, las llamas comenzaron el pasado sábado 22 de abril de madrugada en un vehículo abandonado desde hacía meses y que recientemente había servido como refugio a un indigente. Hasta que un grupo de jóvenes -que utilizaban el aparcamiento para reunirse- lo echaron del coche y lo convirtieron en su lugar de encuentro y de organización de botellones, aunque fue por pocos días. Todo apunta a que el gupo le prendió fuego para evitar que el sin techo volviera a utilizarlo para pernoctar.
El fuego que comenzó en este coche se extendió rápidamente a los vehículos aparcados al lado, algunos de ellos bastante nuevos, que también fueron pasto de las llamas. Se da la circunstancia de que algunos de los coches que han quedado peor parados tienen una cierta edad, por lo que las compañías de seguros los van a dar como siniestro total para pagar a sus propietarios una indemnización mínima porque sale más a cuenta que la reparación. "Mi coche funcionaba perfectamente, aunque tiene 15 años y solo me van a dar menos de mil euros por él", se ha lamentado uno de los afectados.
Reprendidos por el propietario
Hace solo unos días, esta misma pandilla se sospecha que forzó la cerradura y rompió las ventanillas de otro coche aparcado para acceder su interior y utilizarlo como base de operaciones. Pero se da la circunstancia de que el vehículo no estaba del todo abandonado -solo llevaba tiempo sin moverse del aparcamiento- y era propiedad de un vecino de la zona de origen italiano.
Varios testigos aseguran que, hace solo unos días, el propietario de este coche recriminó a la pandilla los daños que le habían causado a su automóvil y les pidió que dejaran de utilizarlo como escondrijo. La respuesta del grupo de presuntos vándalos fue sido incendiárselo, según sospechan los vecinos. Como un acto de venganza, que también se extendió a otro grupo de vehículos del descampado. A día de hoy, los restos calcinados de este turismo siguen en el solar.
Refugio de un indigente
Los vecinos se quejan de que hace menos de un año hubo otro incendio similar en otro coche abandonado y que son frecuentes los actos vandálicos y los robos en los vehículos que se estacionan en la explanada. "Hay muchos casos de coches a los que les rompen las ventanas o se les fuerza la cerradura para robar en el interior", ha explicado uno de los afectados a El Llobregat.
Las mismas fuentes han corroborado que el vecindario de los aledaños del aparcamiento lleva varios meses reclamando al Ayuntamiento de L'Hospitalet y a la Guardia Urbana que retire al depósito municipal los coches abandonados en el solar, pero hasta ahora sus quejas no ha obtenido respuesta.