El calentamiento global, la capacidad limitada de los ríos y de los acuíferos dibujan un escenario de gran estrés hídrico. El incremento de la demanda de agua vinculado con al aumento de la población requiere respuestas urgentes como la agricultura hidropónica.
El cambio climático provocará, según la ACA (Agencia Catalana del Agua), una reducción del 22% en la disponibilidad de recursos hídricos en el litoral catalán en 2050. En un año normal, el 95% de los recursos de agua para la metrópolis de Barcelona están vinculados a la climatología, es decir, agua superficial y subterránea, mientras que el 5% es agua de mar desalinizada. En una situación de sequía como la actual, el 19% del consumo corresponde a agua superficial (ríos, principalmente), el 23% es agua subterránea (pozos y acuíferos), el 33% agua desalinizada y el 25% agua regenerada. Esto significa que, para garantizar la resiliencia hídrica de las ciudades, es necesario diversificar y encontrar la combinación más sostenible de los distintos recursos de agua incorporando, sin duda, el agua regenerada.
Así pues, Aigües de Barcelona y Cetaqua, en su compromiso con la acción climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), han creado el huerto urbano REGREEN, un proyecto piloto de innovación que tiene como objetivo demostrar el potencial del uso de agua regenerada para la agricultura hidropónica en el entorno urbano.
La agricultura hidropónica consiste en el cultivo de plantas utilizando sustratos minerales en lugar de suelo agrícola, lo que permite ahorrar consumo de agua y fertilizantes y obtener cultivos de alta calidad mediante el control de las dosis de nutrientes. Este tipo de cultivos se pueden desarrollar en condiciones desfavorables, como es el caso de las ciudades, donde el agua y el espacio son escasos, lo que supone una gran ventaja respecto a la agricultura mediante riego convencional.
En este contexto, regenerar el agua es la forma más sostenible y resiliente de aprovechar los recursos existentes. Regenerar implica someter el agua depurada a un nuevo tratamiento para que pueda reutilizarse para diferentes usos como el riego de parques y jardines, la limpieza de las calles o la agricultura, entre otros. De esta forma, se promueve la economía circular dando una segunda vida a este recurso escaso. En este sentido, el REGREEN se convierte en una palanca de innovación para demostrar la viabilidad técnica, económica y ambiental del uso de agua regenerada en cultivos hidropónicos a nivel municipal, y sensibilizar a la ciudadanía de los beneficios del uso de agua regenerada, un agua segura incluso para huertos urbanos
Durante los últimos meses, el piloto demostrativo REGREEN ha recorrido varios municipios del área metropolitana para concienciar a la sociedad sobre el potencial del agua regenerada y los beneficios que ésta aporta. Hasta ahora, se ha instalado en Cornellà de Llobregat, Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Gavà. En este último, se ha organizado, además, un taller de plantas aromáticas y medicinales que ha permitido a la ciudadanía de Gavà conocer sus propiedades de aplicación en la medicina natural. III
Una apuesta firme por el agua regenerada
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Aigües de Barcelona apuesta firmemente por el agua regenerada para usos ambientales, agrícolas, urbanos o industriales, a fin de mejorar la resiliencia hídrica de las ciudades del área metropolitana de Barcelona. El uso de agua regenerada permite mejorar la huella hídrica, la circularidad y la neutralidad climática en los municipios del área metropolitana de Barcelona, y además reduce la dependencia de las condiciones medioambientales, favorece la preservación de los ríos y acuíferos, y contribuye a una gestión del ciclo integral del agua de proximidad, sostenible y responsable con el medio ambiente.
En 2022 Aigües de Barcelona ha conseguido regenerar 50 hectómetros cúbicos de agua, equivalente al agua que consumen casi un millón y medio de personas en un año. Actualmente, la ERA del Baix Llobregat ya envía 1.500 litros/segundo de agua regenerada desde la ecofactoría del Baix Llobregat aguas arriba del río hasta Molins de Rei para ser reutilizada como agua prepotable. Con esta medida se consigue aportar agua regenerada al río para que la potabilizadora de Sant Joan Despí la capte y la trate de nuevo para convertirla en agua potable y seguir el ciclo del agua.
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