El Hospital Sant Joan de Déu de Sant Boi administra un tratamiento innovador para el VIH con resultados favorables. Este tratamiento consiste en inyecciones cada dos meses para personas con carga viral indetectable, mejorando su calidad de vida y reduciendo el estigma social. También se destaca la importancia de la prevención y diagnóstico temprano del VIH. El objetivo global es poner fin a la epidemia en 2030.
Entre los hospitales comarcales, el Hospital Sant Joan de Déu (SJD) de Sant Boi destaca por ser pionero en la administración de un innovador tratamiento para el VIH. Después de casi un año desde el lanzamiento de los primeros medicamentos antirretrovirales inyectables de acción prolongada (combinación de cabotegravir y rilpivirina), la evaluación es sumamente favorable y la respuesta recibida ha sido todo un triunfo.
Este tratamiento es exclusivo para personas previamente tratadas con medicación oral que han logrado una carga indetectable del VIH y ya no son contagiosas. Consiste en una inyección administrada cada dos meses en el hospital de referencia, lo que contribuye a que los pacientes con VIH puedan llevar una vida muy similar a la de una persona sana. Según el Dr. Vicens Díaz de Brito, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital SJD de Sant Boi, "esta nueva medicación marca un antes y un después en el tratamiento de la enfermedad, ya que impacta directamente en la calidad de vida de las personas con VIH y en el estigma que se produce al recordar diariamente, debido a la obligación de tomar medicamentos todos los días, que están enfermas".
Desde el año 2016, El Hospital Sant Joan de Déu dispone de una Unidad de Atención al Paciente con VIH, una consulta muy discreta que ofrece una atención médica especializada al usuario. Esta Unidad administra la PrEP (profilaxis pre-exposició enfront al VIH), un antiretroviral de toma diaria, que se subministra durante los tres meses siguientes a cada consulta.
Prevención y diagnósticos precoces
El dr. Díaz de Brito ha explicado que el tratamiento con el PrEP ofrece una prevención secundaria para todas aquellas personas que siguen conductas sexuales de riesgo. Se aplica mundialmente para evitar nuevos casos de VIH y tiene un índice de eficacia cercano al 99%. Respecto al uso de fármacos para la prevención de la infección, el doctor ha asegurado que la PrEP contribuye a concienciar a las personas sobre el VIH y reducir su incidencia, "a pesar de que pueda parecer que el hecho de tener una pastilla puede contribuir a mantener este tipo de conductas".
Además, el doctor ha expresado que "la regularidad de las visitas favorece el diagnóstico precoz". Los diagnósticos tardíos, que ocurren en más del 40% de los casos a nivel mundial y también en España, representan uno de los principales problemas. Estos retrasos en el diagnóstico resultan en una peor evolución de la enfermedad en las personas que viven con el VIH y contribuyen al aumento de nuevas infecciones, ya que pueden transmitir el virus sin ser conscientes.
Una infección estigmatizada
La infección por VIH, que todavía no tiene cura, está considerada una enfermedad crónica en la actualidad. Correctamente tratada, equipara la esperanza de vida a la de una persona sana. Sin embargo, sigue estando socialmente estigmatizada. Según datos del departamento de Salud, en Cataluña conviven alrededor de 33.000 personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Uno de los principales problemas que enfrentan estas personas es el estigma social, lo cual también disminuye su calidad de vida. El Dr. Díaz de Brito ha afirmado que la única forma de eliminar este estigma es "que la sociedad comprenda que si toman su medicación, su carga viral se vuelve indetectable e intransmisible, y nunca transmitirán la infección". Es necesario superar el miedo y tomar conciencia de que no hay ninguna diferencia por estar infectado con el VIH.
Objetivo 2030: fin de la epidemia
El compromiso firme de poner fin a la epidemia del VIH como amenaza para la salud pública en 2030 sigue siendo una prioridad en el ámbito internacional. Para lograr este objetivo, ONUSIDA ha actualizado su meta a 95-95-95. Estas cifras se refieren al trabajo que se está realizando para garantizar que el 95% de las personas con VIH estén diagnosticadas, que el 95% de ellas reciban tratamiento con antirretrovirales y que el 95% de las personas en tratamiento sean consideradas indetectables (es decir, que el virus no sea detectable en su sangre y, por lo tanto, no puedan desarrollar sida ni transmitirlo a otras personas). Actualmente se está trabajando en la incorporación de un cuarto objetivo que se centra en mejorar la calidad de vida de las personas con VIH.
Desde sus inicios, el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital SJD de Sant Boi se ha dedicado a la prevención, control y atención del virus de la inmunodeficiencia humana, las infecciones de transmisión sexual y las hepatitis víricas. Esto está en línea con el Plan de acción frente al VIH y otros ITS 2021-2030 del Departamento de Salud.