La autora del artículo ensalza la labor de las aguadoras en diferentes partes del mundo, así como en España hasta los años 60. Se critica el olvido de estas necesidades y la falta de desarrollo de un plan preventivo para la sequía. Además, se menciona que el agua de Barcelona ha aumentado su precio y su calidad no es buena. Se habla también de la dificultad que tienen algunas personas para pagar el suministro básico de agua.
Cuando nos referimos a las aguadoras, pensamos rápido en las de -Rajastán, África o lugares del Tercer mundo, que en viajes a tierras lejanas, hemos fotografiado cuando se siluetaban, con sus cántaros en la cabeza avanzando por caminos rurales.
Sin embargo hasta los años 60 en muchos puntos del interior español, era fácil ver a muchas mujeres, aportando agua a sus familias, en un difícil y pesado cometido diario que ahora muchas mujeres migrantes siguen haciendo con sus trasiegos de bidones rellenos en las escasas fuentes públicas.
Ha pasado tiempo y el traslado masivo de la población del agro a las ciudades, ha llevado al rápido olvido de estas necesidades y duros encargos domésticos. Tenemos agua corriente, a través de un complejo sistema de abastecimiento y distribución, y todo mediante el pago de un recibo caro y polémico
Ahora, tenemos sequía, mucho peor que la del 2008, y en 15 años apenas se ha desarrollado el Plan Preventivo que el Gobierno tripartito de Montilla dispuso.
Los profesionales de la política, una “casta turnante” para muchos, han usado “el ascensor social” de su rápida promoción; para a lo sumo excusarse con sus contrarios y una serie de titulados ambientalistas, se han hecho con el mando de la ACA y desoyen las recomendaciones ingenieriles y de sus Colegios para que se efectúen acciones concretas en las Cuencas hidrográficas, tendentes a paliar las necesidades de las áreas metropolitanas barcelonesas (5,5 M de usuarios), en especial recurriendo al Ebro vía conexión. La oposición de unos 4000 electores de las tierras del Delta, bloquean el -trasvase Ebro-Barcelona. Ha habido propuestas de nuevo con barcos cisternas y dentro de poco, algunos hablarán del Ródano francés como alternativa al Ebro.
Pero lo cierto es que el agua de Barcelona ha sufrido un incremento de precio del 30% y en cuanto a su calidad, no está entre las diez mejores, según la OCU que confirma que es la más cara de España. Se habla de agua regenerada y un payés me enseña un mantillo blanco sobre sus tierras que se salinizan con ella.
Así pues, cuando muchos ciudadanos no pueden pagar su suministro básico de agua y pasan al grupo de “pobres hídricos” bello eufemismo para distinguir entre los 7 M de pobres españoles, a aquellos que no pueden costearse esta vital necesidad.
Muchas veces, esta carencia y su dificultad creciente, recae en la mujer como las antiguas aguadoras, que ahora inician prolijas y humillantes demostraciones de pobreza. Vale la pena recordar por ello que en 1991 en Hospitalet, empezó a gestarse lo que a partir del 1992-2002 sería la llamada “guerra del recibo del agua” y que duró 10 años, con 200.000 objetores; aún manteniendo los sindicatos y parte del movimiento vecinal, una pasiva indiferencia. Recuerda el sociólogo comunista J. Sempere (esposo de M. Roig) en un estudio en la RIS la gran epopeya suburbana que nació de un incremento desmesurado (100%) del recibo del agua, fiscal entonces y ahora tal vez medioambiental. El último recibo llega con una clase trabajadora empobrecida, jubilados que sostienen a sus deudos con su magra pensión y una clase media baja que aún trabajando duramente la pareja, pasan necesidad. Este es el panorama que con las obligadas restricciones de consumo del agua y con medidas de rebajas de presión y cierres en horas nocturnas; se tratará de paliar que no solucionar, porque la solución es técnica y pasa por el trasvase de Cuencas. Mucha agua del Ebro va al mar pero también cinco ríos españoles favorecen a Portugal sin más; así pues falta política hidrográfica en Cataluña –Puigdemont quiere revertir el trasvase Ter-Llobregat- pero también España se equivoca; porque desde 1998 sus 5 ríos desaguan con excesos para Portugal.
Pero al acabar el escrito me llaman al timbre para descargar y pagar un cargamento de 10 garrafas de 8 litros de agua mineral a precio alto, y al que debo sumar al caro recibo del agua. No sé si habrá una 2ª Guerra del agua. Las aguadoras estamos cansadas de pagar cara una agua corriente mala y de tener que comprar por ello la mineral: carísima.