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GM Marc Narciso Dublan, a la derecha, en una entrevista realizada por Marcelo Panelo (a la izquierda), director de El Llobregat Open Chess Tournament, tras su paso por la 3ª edición del torneo.
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GM Marc Narciso Dublan, a la derecha, en una entrevista realizada por Marcelo Panelo (a la izquierda), director de El Llobregat Open Chess Tournament, tras su paso por la 3ª edición del torneo.

Marc Narciso Dublan, el amante fiel

Por Jorge I. Aguadero Casado
domingo 18 de febrero de 2024, 10:00h

Cuando Marc Narciso se sienta frente al tablero, el aficionado/a goza de una experiencia epicúrea. La devoción de Marc por el ajedrez es comparable al amor por el conocimiento que se respiraba en el célebre jardín griego, pues la razón guía sus movimientos y el placer mueves los engranajes del cálculo que los justifica. Marc, como un moderno Epicuro, abre sus análisis al aficionado cuando acaba su partida, siendo que quienes tienen voluntad de aprender ajedrez son bienvenidos a su mesa. Así es este talento al que disfrutamos recientemente en el IV El Llobregat Open Chess Tournament: cercano, de corazón generoso.

Nuestro héroe acaba de cumplir medio siglo y, en el análisis de su carrera, vemos que ha jugado con frecuencia aperturas y posiciones que se alejan máximamente de la ortodoxia. ¡Y con notable éxito! Ha sido dos veces campeón de Cataluña absoluto, así como sexto de España absoluto. Habitual de las competiciones internacionales, destacan su participación en la Olimpíada de Ajedrez (Turín, 2006) y victorias en diferentes torneos. Recordemos esta entrevista realizada por Marcelo Panelo, director de El Llobregat Open Chess Tournament, tras su paso por la 3ª edición del abierto.

Deseo compartirles que la primera vez que vi jugar a Narciso me llevé una impresión equivocada. Hace ya bastantes años de aquello, pero me llevé una lección que deseo compartirles: Marc Narciso sonreía indisimuladamente durante la partida y yo, tonto de mí, pensé que era por soberbia. Con el tiempo observé que a Marc Narciso se le dibuja una sonrisa franca con sólo mencionar la palabra “ajedrez” y que, cuando juega, disfruta como un niño con un juguete nuevo. ¡Cada célula de su cuerpo ama el juego-ciencia! Y se le nota. Mucho.

Los amigos de Marc Narciso saben que es una apuesta segura a la hora de pedir consejo sobre literatura ajedrecística. ¡Es como la Wikipedia! Parece que se haya leído, detalladamente, todos los libros de ajedrez que se han publicado, independientemente del idioma. No en vano, aunque fue uno de los primeros ajedrecistas catalanes que se compró un ordenador portátil, viaja a los torneos acompañándose de una maleta llena de… Sí, lo han adivinado: libros.

Un maestro precoz

Marc, además de brillante jugador, es un reputado entrenador de base. No es de extrañar, pues consigue transmitir su entusiasmo a sus alumnos. Lo que no mucha gente sabe es que su progresión fue asimétrica: consiguió el título de maestro catalán en edad precoz y, cuando se preparó para dar el salto a maestro internacional, teniendo el nivel para ello, siempre había algo que le trababa y la titulación tardó en llegar bastante más de lo previsto. Demasiado. Sin embargo, luego obtuvo las tres normas de gran maestro del tirón, muy sobrado, para deleite de sus admiradores.

Una de las cualidades de Narciso es su natural inclinación al pensamiento filosófico. Le gusta razonar sobre la condición humana, especialmente si (en efecto, vuelven a adivinarlo) el asunto está relacionado con el ajedrez. Recuerdo cuando, en cierta ocasión, le pregunté sobre la diferencia entre la forma de articular el pensamiento entre el jugador de club y el gran maestro. Su respuesta, con los años, me sigue pareciendo pertinente: “En términos absolutos muchos aficionados piensan más que los grandes maestros durante la partida. La diferencia es que el gran maestro SABE en lo que tiene que pensar”. Le di muchas vueltas al asunto, porque son palabras que asustan y nos aíslan, a sabiendas de que ese pequeño matiz es un universo, porque la mayoría somos como ratones en un laberinto que no tienen adónde ir, dándonos golpes contra paredes de cristal antibalas con el cálculo de variantes. Marc, por supuesto, estaba en lo cierto.

Pueden disfrutar, a continuación, de un vibrante festival táctico de Marc Narciso.

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