La última sesión del Pleno Municipal del Prat antes de la parada estival, que se ha celebrado hoy jueves en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, ha servido para dar un impulso importante a cuestiones estratégicas del modelo de ciudad, como la educación o la autoproducción de energía limpia. Asimismo, se han aprobado algunos puntos para reforzar equipamientos vinculados a la atención ciudadana y la designación del alcalde como representante del consistorio en la Red Española de Ciudades Inteligentes.
El Pleno ordinario de julio ha puesto en marcha la actualización de la Formación Profesional del Prat, un ámbito educativo en el que la ciudad se ha convertido en un referente a nivel comarcal, con más de 2.000 plazas disponibles y una oferta amplia y diversa que cubre las familias formativas en las que habrá más demanda laboral en los próximos años. Para seguir avanzando en esta línea y adaptar el sector a los retos del futuro, se ha aprobado el Plan Director de la Formación Profesional 2030, un documento que tiene como objetivo reactivar el Consejo de la FP del Prat y avanzar en la mejora de diversos aspectos.
El Plan, en el que no solo han participado representantes del ámbito educativo y político local, sino también del Departamento de Educación, del Servicio Catalán de Ocupación y del mundo empresarial, sindical y del tercer sector arraigado en el territorio, pretende trabajar de manera conjunta con los diferentes agentes para mejorar tanto la oferta, haciéndola más coherente y completa, como la calidad y las condiciones y recursos para desarrollar la formación. En este sentido, se propone identificar los sectores emergentes, las potencialidades del territorio y las futuras demandas profesionales, así como definir los mecanismos para asegurar la equidad en el acceso a la FP.
El documento establece cinco grandes retos de futuro. El primero es el de disponer de una oferta formativa estratégica y de calidad, que esté alineada con las necesidades del tejido productivo del entorno y que tenga en cuenta los sectores clave. El segundo es el de disminuir el abandono y mejorar la acreditación de los diferentes niveles formativos para favorecer la empleabilidad de la población del Prat. Otro de los retos es el de ampliar las infraestructuras y capacidades docentes de los centros de FP. El Plan también se propone asegurar la equidad en el acceso y el éxito en los diferentes niveles superando las brechas sociales y de género. Por último, se marca el reto de hacer del Prat una Ciudad Campus de la FP mediante el trabajo conjunto de todos los agentes implicados en este ámbito.
El Prat ha dado hoy un nuevo impulso a otro de los ejes vertebradores de su modelo de ciudad: la estrategia para avanzar hacia la autogeneración y el autoconsumo energético, recogida en la Declaración de Emergencia Climática aprobada en 2020. Lo ha hecho con la aprobación por parte del Pleno de la cesión gratuita de los excedentes energéticos generados por las instalaciones fotovoltaicas de ocho edificios municipales a la Comunidad Ciudadana de Energía.
A pesar de que la ciudad ya cuenta con 19 equipamientos con este sistema para producir electricidad a partir de la energía solar, serán los edificios que tienen un consumo más variable debido a sus horarios de funcionamiento – las escuelas Charles Darwin, Sant Jaume, Josep Tarradellas, Jaume Balmes, Bernat Metge y Ramon Llull, así como los centros cívicos Remolar y Ribera Baixa – los que compartirán la energía que no utilicen con la ciudadanía. El valor medio anual de esta energía cedida se estima en unos 19.000 euros.
Esto es posible porque estas instalaciones fotovoltaicas han sido legalizadas en la modalidad de autoconsumo colectivo, que permite que la energía que produce un edificio y no llega a consumir sea compartida con los edificios cercanos y, en caso de que sobre, sea vertida a la red eléctrica a través de Energía del Prat.
Energia del Prat es la comunidad ciudadana de energía, impulsada por el Ayuntamiento en 2023 e integrada por el consistorio, la Asociación de Usuarios y entidades y empresas locales. Hoy, gracias a las instalaciones fotovoltaicas en los equipamientos municipales, además de las de las iglesias de Sant Pere y Sant Pau y de la Mercè, y de la pérgola del Parque de la Barceloneta, la ciudad ya tiene capacidad para generar 1.225 kWh.
Antes de llegar a la aprobación por el Pleno de esta cesión, el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a diferentes obstáculos para hacer realidad la consecución de un modelo energético justo, democrático y renovable. Entre ellos, las trabas que las grandes distribuidoras han puesto en la tramitación de las instalaciones. Unas prácticas dilatorias que llevaron a la apertura de un expediente sancionador a Endesa por parte de la Generalitat.
De hecho, las últimas instalaciones fotovoltaicas se finalizaron ya en diciembre de 2022. El Ayuntamiento contó con el apoyo del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía de España, que le otorgó, en respuesta a la solicitud que había presentado, una ayuda de más de medio millón de euros procedentes del programa europeo FEDER de Crecimiento Sostenible.
Instalaciones más modernas para la atención ciudadana
La mejora de la formación profesional y los avances en el autoconsumo de energía limpia no han sido, sin embargo, las únicas cuestiones relevantes en el orden del día del Plenario de julio. Entre el resto de puntos, destaca la aprobación de la adjudicación del proyecto ejecutivo para la rehabilitación del edificio de la calle Lo Gaiter de Llobregat que será la sede municipal de servicios a las personas. Con una subvención de 3 millones provenientes de los Fondos Next Generation, integrará la atención de diferentes áreas con el objetivo de facilitar el acceso de la ciudadanía a la administración local. También se ha aprobado el gasto para la reforma de diversas áreas del edificio de la Policía Local que tiene como finalidad poder ofrecer un mejor servicio a la población.
Por último, cabe destacar que el Pleno ha dado luz verde a la designación del alcalde Lluís Mijoler como representante del Ayuntamiento en la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI). Esta red, a la que se adhirió El Prat en 2021, tiene como objetivo compartir experiencias y trabajar conjuntamente para desarrollar modelos de gestión de las ciudades que las hagan más sostenibles y mejoren la calidad de vida de la población.