En tiempos de sequía, los hay que cortan cualquier conato de conversación sobre el tema del agua, con una simple frase: “Yo abro el grifo y sale agua”, algunos con ademán casi violento.
Esta despreocupación en tiempos de normalidad hidrológica, es válida hasta para las suministradoras, se paga el recibo, con impuestos y penalizaciones al consumo, sin rechistar. Pero, ay, cuando se reducen presiones, se denuncian escapes en la red y los regantes se disputan con los industriales y turistas; se efectúan los cocteles de aguas regeneradas, desalinizadas, superficiales, embalsadas y subterráneas; entonces comienzan los debates y las discusiones sobre la mejor manera de adaptarnos, a las recurrentes y cada vez más prolongadas sequías.
En 2008 hubo una sequía, el gobierno de Montilla con fondos UE, trató de improvisar. Barcos cisterna, desaladoras, depuradoras residuales, conexión con el Segre, estudios sobre el Ródano, minitrasvase reversible del Ebro y rogativas del conseller Baltasar a la Virgen negra de Montserrat. Tras el éxito de éstas, más de 16 años de calma inactiva. Hasta la actual sequía, en las dos situaciones con una Agencia catalana de l’Aigua (ACA) politizada, mal gestionada y de corruptelas demostradas. Pero siempre recurriendo a esta agua invisible, oculta, subterránea, el agua de nuestro acuífero deltaico, -desde Pallejá hasta el Garraf- tan preciada y abusada en situaciones de crisis. Y es que la llamada ciencia ciudadana (OCS) a través de su observatorio del IESA-CSIC, preocupada por el desarrollo de la Directiva marco Agua (DMA) traspuesta en 2003; nos exponen que el ritmo de extracción puede ser superior a la recarga natural en lugares que ya presentan niveles críticos.
Y para evitarlo recomiendan un plan de usos con mayor empleo de aguas desaladas y regeneradas. Pero reconocen que el gran estrés hídrico que provoca el cultivo intensivo, obliga a reducir la superficie regada o a introducir modernos sistemas de riego económico y el desarrollo de la agrovoltaica. El riego por gravedad debe abandonarse por sistemas más eficaces, teniendo en cuenta el bajo precio del agua para el riego, y el costoso plan de inversiones para evitar las fugas en la red de distribución metropolitana y sobre todo tener en cuenta que en Barcelona es de los lugares donde se consume menos agua de boca per cápita (172 litros/hab/día) de toda España. Así pues, que el canal Dreta del Llobregat inicie su modernización cuanto antes y que el reciente empeño de las grandes suministradoras, en perforar pozos en la zona de Santa. Coloma junto con la demanda de algunos industriales y cultivadores del agua del acuífero no sea tan perentoria y secreta. Junto con los ceses de Samuel Reyes y Mar León del ACA por incompetentes y la toma de control del organismo regulador por el Sr. Armenter, ingeniero, buen aficionado a la ópera y vinculado a Agbar, -el poder de esta crece y crecerá en lo sucesivo-, quedando las empresas Aqualia, Acciona y otras muy condicionadas.
¿Qué pasará con la ATLL pública o incluso la ACUADLL? ¿Un nuevo concurso a pesar de la CUP y Comuns? ¿Funcionará al fin la desaladora de Sant Boi y su balsa de riego? En los años 70 se puso el agua directa en el Prat, dos técnicos el sr. Esteve y el Sr. Xartó demostraron con colorantes la procedencia del agua excelente del acuífero profundo del Prat, del alto Llobregat. Hoy el tema del acuífero y del suministro del agua metropolitana, es mucho más complejo que cerrar el grifo de casa y debe debatirse en público. Las afirmaciones simplistas sobre el agua de riego y de boca, deberán matizarse cada vez más.¿ Agua de boca?, por las escorrentías de la potasa de Sallent, (un escándalo ambiental) . ¿Agua de riego? como con los árabes. Los reparos ,provocan el consiguiente aumento del consumo de agua mineral; y obligarán a tomar decisiones apoyadas por los Colegios de Ingenieros y Economistas: el minitrasvase reversible del Ebro o las conexiones intercuencas.
Sólo así las aguas subterráneas del rico acuífero deltaico permanecerán sin intrusión marina y como alternativa extrema a la creciente escasez en nuestra cuenca mediterránea, provocada por sequías estructurales. Porque el abuso de las desaladoras, con su excesivo consumo eléctrico y el retorno de las salmueras a las praderas marinas, son algo en que hasta los ecologistas estarán de acuerdo: en que no es la solución. III