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a celebración del 75º aniversario de la fundación de la China moderna, una efeméride que nuestros vecinos orientales compartieron con nosotros en un acto rebosante de simbolismo, tuvo lugar el pasado día 20 de septiembre en el Gran Teatre del Liceu, a las 19:00 h. El Llobregat respondió a la invitación del Consulado General de China en Barcelona y acudió a un encuentro de gala con código de vestimenta de traje formal o tradicional chino.
El evento tuvo lugar en dos actos: el primero, más protocolario, correspondió a una serie de discursos; el segundo, de carácter cultural, consistió en actuaciones musicales. Es preciso destacar que, además de una nutrida representación de personas de origen chino, hubo una amplia representación de la política catalana. Todo, con un interesante equilibrio entre lo estrictamente formal y la cercanía en las emociones, una forma de hacer habitual en los eventos del consulado.
Seguir profundizando las relaciones bilaterales
La parte discursiva, en la que destacó la intervención del cónsul general de China en Barcelona en funciones, Hu Aimin, fue un punto de encuentro que, por un lado, puso en perspectiva las características de la China actual (dando significado a sus grandes números en desarrollo, conciencia ecológica y retos de futuro); por otra parte, puso en valor la conveniencia para ambas naciones de seguir profundizando en las relaciones bilaterales China-España, tanto en lo económico como en lo cultural, poniendo el énfasis en el caso concreto de las relaciones con Catalunya, que calificó de muy fructíferas. La exposición fue firme en lo argumentativo y abierta en el tono, propiciando que los occidentales presentes nos sintiésemos cómodos participando en la celebración.
En cuanto a las actuaciones musicales, nuestros anfitriones chinos nos sorprendieron con los llamados “Jóvenes embajadores de China”, el grupo de arte Pequeña Compañía del Palacio de los Niños del Instituto de Bienestar de China, establecido en 1955 por Soong Ching Ling, quien fue presidenta honoraria de la República Popular de China. Estos jóvenes chicos y chicas realizan actividades extraescolares relacionadas con las artes escénicas y, concretamente, con la música. ¡Qué talentos! No es de extrañar que hayan sido invitados a actuar en muchos eventos internacionales, ante casi 60 jefes de Estado. La danza, el piano, el violín, las artes marciales, el canto… tomaron cuerpo para alegría y disfrute de los presentes. Fueron sinceramente ovacionados y, habiéndose podido optar por una línea más fría de celebración, se agradeció la presencia de estos artistas.
Fin de fiesta
Luego hubo un fin de fiesta en el salón principal del Liceu, que facilitó la permeabilidad entre las personalidades chinas y occidentales que allí se dieron cita, con El Llobregat entre los ilustres invitados. Es, en el mutuo conocimiento, que nuestras culturas se hibridan y se hacen negocios juntos.
Por Jorge I. Aguadero Casado