Javier Habans Aguerrea, de promesa a campeón mundial

¡Campeón del mundo de ajedrez sub-16 en Florianópolis (Brasil)! Quienes llevamos años siguiendo la trayectoria deportiva de Javier Habans (2008) teníamos motivos para esperar que, en cualquier momento, el joven talento navarro diese un aldabonazo que hiciese retumbar con fuerza las campanas del ajedrez. Daba la sensación de que en ocasiones las grandes victorias se le escapaban de los dedos, tal vez por cierta querencia al conservadurismo en su juego, si bien esto ha de entenderse con una línea roja bien delimitada: todo lo que los chavales como Javier nos den es una bendición. Así, dentro de unos días volveremos a disfrutar de él entre los participantes del Llobregat Open Chess Tournament (del 29 de noviembre al 8 de diciembre).

En el currículum del joven ajedrecista destacaban el cuarto puesto en el Europeo sub-8 de Praga, el oro en el Europeo sub-18 de rápidas, el bronce en el sub-16 de la modalidad relámpago y once títulos de campeón de España en distintas modalidades y edades. Este esquema curricular es más fácil de referenciar que darle forma en los tableros, acaso una muestra del camino pavimentado con flores de loto que han de recorrer los elegidos en su ascenso al profesionalismo. Ahora bien, en los recodos del camino acechan tigres.

El principal escollo al que debe hacer frente el joven talento es la seducción de elegir entre sus sueños de deportista o seguir con sus estudios. Hay una vía intermedia, que muchos acaban eligiendo, que es la de ser semiprofesional, haciendo del ajedrez de competición un complemento tanto en lo formativo a nivel personal como en lo económico. Para la mayoría es el mejor camino, pues la propia vida les va apartando de las grandes metas. Hay, por así decirlo, una corriente que les va dirigiendo el timón de la nave para establecerse en aguas mansas. Ahora bien, ¿qué hay de los jóvenes como Javier?

Ganar un campeonato del mundo es la excepción. Se puede argumentar que en el caso de Javier faltaron a la cita de Florianópolis algunos favoritos, pero en verdad muchos son los llamados y sólo uno es el elegido, dando el acabado fino al trabajo sostenido desde mucho tiempo atrás. Esto lo puede atestiguar su mentor, el gran maestro Jesús De la Villa, quien le habrá dejado claro, por activa y por pasiva, que para ser jugador profesional no basta con ganar un Mundial de jóvenes, sino que habría de consolidarse entre los cien mejores del mundo absolutos. De la Villa es experto en estas lides (de hecho, se me ocurren pocos nombres tan conocedores del asunto como él) y doy por seguro que pondera sus comprensibles sueños de campeón con su fuerza en el tablero (¿quién no perdería cierta perspectiva conquistando un título mundial… de cualquier cosa? ¿Usted? ¿Yo? Yo, desde luego, perdería el norte, de no tener a alguien como De la Villa a mi lado).

Les dejamos con una partida del nuevo campeón mundial sub-16, unas tablas que a la postre resultaron decisivas, no sin antes hacerles partícipes de unas palabras que Javier Habans padre tuvo la amabilidad de compartir con El Llobregat:

“(…) Estos días estamos un poco desbordados con tantos mensajes de felicitación y atendiendo a los medios. Además, Javier se ha reincorporado al colegio y tiene que recuperar las dos semanas perdidas en el Mundial, ya en los próximos días tiene los exámenes de la 1ª evaluación”. Como les venía diciendo, el deportista que tiene un buen entorno tiene un tesoro.