Y es que no dije, y no diría nunca, que ‘los burdeles clandestinos son lo propio’, como reza el título del artículo. La frase puede hace parecer que yo opine que estos burdeles son buenos y normales; pero esto no es el caso; todo lo contrario, considero que son sumamente abusivos, al ser unos espacios donde las prostitutas no solo están explotadas y oprimidas, pero por encima carecen de derechos legales para defenderse de estos abusos. Como la prostitución es a todos los efectos ilegal (oficialmente es legal ser prostituta, pero ninguna de las formas posibles de practicar como tal son legales), es inevitable que existen los burdeles clandestinos.
Mi punto de vista es que la regularización de la prostitución como trabajo legal con todos los derechos y deberes asociados a ello visibilizaría la realidad de las vidas laborales de las prostitutas, y les ofrecería la posibilidad de recurrir a la ley frente a este tipo de abusos.
Cordialmente,
Steve Roberts
Apunte de la dirección de El Llobregat: El término "propio", utilizado en el titular de la entrevista publicada en la edición de diciembre de 2024 de El Llobregat, debe entenderse como sinóninmo de "habitual" o de "predominante", en ningún caso en su acepción de "idóneo".