La Unión General de Trabajadores (UGT) mantiene una estrecha vinculación con Cataluña, ya que el sindicato nació en 1888 en la calle Tallers de Barcelona, algo lógico si se tiene en cuenta que Barcelona era entonces una de las ciudades más industrializadas del país y, por tanto, donde más pronto se tomó conciencia de lo que significaba ser obrero.
Desde sus inicios hasta hoy, el sindicato se ha enfrentado a numerosas dificultades, como las ocurridas durante la Semana Trágica de Barcelona a comienzos del siglo XX, la dictadura militar de Primo de Rivera en los años 20, la guerra civil o, más recientemente, el franquismo, donde la organización de trabajadores tuvo que sobrevivir en la clandestinidad. Con la llegada de la democracia, comienza a estructurarse la UGT y es en el año 1978 cuando se unifican las distintas uniones locales de la zona.
De esta nueva etapa democrática, la responsable de Organización en el Baix Llobregat, Núria Martín, destaca dos momentos “emblemáticos”: la puesta en marcha de la Zona de Urgente Reindustrialización (ZUR) a mediados de los años 80 en las poblaciones cercanas al delta del río Llobregat, ante el peligro de que se destruyera el tejido productivo y, por tanto, el empleo; y en segundo lugar, la lucha por la construcción del hospital comarcal de Sant Joan Despí Moisès Broggi, que arranca a finales de los 90 y concluye cuando se empieza a construir, durante el tripartito de izquierdas que gobernó la Generalitat. De hecho, como explica Martín, los objetivos del sindicato se sitúan a dos niveles: por un lado, el tradicional en los centros de trabajo, donde se lucha por la calidad del empleo, un salario y unas condiciones laborales dignas, etc.; y, por otro, el social, donde, junto a otras organizaciones, se intentan mantener y consolidar los derechos que conforman lo que se conoce como el Estado del Bienestar.
Actualmente, la Unión Comarcal del Baix Llobregat cuenta con casi 34.000 afiliados, siendo el segundo territorio más numeroso en número de militantes, sólo por detrás de Barcelona. En la comarca, los municipios con más afiliados son Martorell (13.847), El Prat de Llobregat (5.319), Cornellà (2.574), Abrera (1.711) y Castellbisbal (1.559), según datos de diciembre de 2013.
34.000 afiliados
En cuanto al número de delegados en empresas, su cifra ronda los 3.000 (2.866 para ser exactos), siendo sólo superado esa cantidad por Barcelona, con más de 5.000, y empatado prácticamente con la Unión Comarcal del Vallès Occidental. Los representantes sindicales se reparten principalmente en los sectores del Metal, Construcción y Afines (756); Comercio, Hostelería y Juego (474), Servicios Privados, que incluyen oficinas, despachos, limpieza, seguridad, ocio, cultura y sector financiero (457); Industrias químicas, alimentación y afines (391); y Servicios Públicos, esto es, personal de empresas públicas y funcionarios, saneamiento urbano, sanidad y geriatría (383).
Por empresas, el sindicato cuenta con una presencia más numerosa en la de automoción Seat (66 delegados), la de seguridad Securitas (19), la de restauración Eurest (15), Solucions Integrals per als residus SIRESA (13), Industria Titan Grupo (13), Iberia (12), la auxiliar de automoción Gonvarri-Gonvauto (12), la de químicas Air Product Service (11) y El Corte Inglés e Hipercor (11), entre otras.
Mayoritario en Seat
Las problemáticas en estas empresas son básicamente las mismas: modificaciones de condiciones de trabajo y suspensión y extinción de contratos. Según Martín, la situación se ha visto agravada con la última reforma laboral. De hecho, la responsable de Organización del Baix Llobregat considera que la labor del sindicato es fundamental, ya que actúa como “filtro” ante posibles abusos por parte de los empresarios.
Entre los objetivos a corto y medio plazo, el secretario general de UGT en el Baix Llobregat, Xavier Juanto, destaca mantener la integridad de la comarca, pues consideran que su cohesión peligra con el Proyecto de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. El peligro posee un triple carácter: territorial, social y laboral.
Triple peligro
En el primer caso, no renuncian a que se mejoren los salarios por encima del mínimo interprofesional ni a que se elaboren planes de formación adaptados al perfil de los desempleados de la zona. Entre los retos de carácter social, se suman a quienes promueven una Iniciativa Legislativa Popular para garantizar una renta mínima para las personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. En este sentido, valoran muy positivamente y apoyan a los Ayuntamientos que, como el de El Prat o Cornellà, se están planteando ayudar a las familias que no pueden pagar el recibo de la luz y reclaman un mayor compromiso por parte de la Generalitat. Finalmente, tampoco se olvidan de fomentar la industria, si bien son conscientes de que ya no constituye el punto fuerte de antaño y que resulta complicado atraer inversores en un mercado global. No obstante, UGT-Baix Llobregat apoya las iniciativas innovadoras, entre las que Juanto destaca el submarino Ictineu que se desarrolla en Sant Feliu.
“Humildad y honradez”
El secretario comarcal es consciente de que se enfrentan a problemas complejos y es por ello que apela a sumar esfuerzos entre todos los implicados: sindicatos, ayuntamientos y entidades sociales. “Hay que retomar la concertación. Si cada uno sigue yendo por su lado, la cosa no tirará para bien”, sostiene. Y no sólo a nivel comarcal, aclara, sino en lo que constituye el Área Metropolitana. En su opinión, no puede desaprovecharse la logística del puerto y el aeropuerto de El Prat ni el potencial del Corredor Mediterráneo.
Para ello, Xavier Juanto confía en la “doble militancia” de sus delegados, que hacen de UGT-Baix Llobregat un sindicato muy comprometido, con numerosos sindicalistas que se implican tanto en las empresas como en asociaciones cívicas y partidos políticos. No niega que los presuntos casos de corrupción de la UGT en Andalucía puedan estar dañando su imagen como sindicato, pero confía en que la ciudadanía sabrá entender que se trata de una minoría. Y añade: “Si se demuestra que alguien ha hecho alguna cosa erróneamente, pues que actúen los tribunales”. Y el 95 por ciento restante, prosigue, a seguir trabajando con “humildad y honradez”.
UGT se centra en los problemas locales para recuperar la confianza de los hospitalenses
La bajada en el número de afiliados no ha sido tan grave como podría esperarse, pero constituye una oportunidad para renovar la organización y su credibilidad
La Unión General de Trabajadores de L’Hospitalet de Llobregat también comienza a organizarse formalmente a finales de los años 70, gracias a la iniciativa de trabajadores provenientes de los sectores del Metal (la empresa de automoción Seat) y las Artes Gráficas (Sopena), muy vinculados a la ideología socialista. De hecho, el actual delegado local de la UGT en L’Hospitalet, Joan Ramon Barrachina Casals, atribuye la existencia de ocho secretarios generalesy un presidente desde el año 1979 hasta la actualidad a dos factores principales: el periodo convulso vivido en los sectores mencionados y el hecho de que muchos de los principales representantes del sindicato hayan abandonado el puesto para ostentar cargos políticos o sindicales.
Mirando hacia atrás, Barrachina valora su faceta estrictamente laboral, como la negociación de convenios y la atención al delegado y afiliado, si bien destaca el esfuerzo del sindicato por resolver los problemas de los hospitalenses, dentro de sus posibilidades: “Hemos intentado estar al lado del ciudadano de a pie, que a veces no tiene los medios suficientes como para llegar, no tanto a soluciones, como a buscar caminos que le lleven a una solución”. Y pone algunos ejemplos, como su colaboración con la Associació Aturats Majors de 50 Anys (Assat50), gracias a la cual algunos hospitalenses han encontrado trabajo, o con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de L’Hospitalet (PAH) en su lucha contra los desahucios.
Buenas relaciones
Entre lo laboral y lo social, Barrachina resalta el Acuerdo para la Ocupación y el Desarrollo de L’Hospitalet (ACODELH), donde, junto al Ayuntamiento, los empresarios y Comisiones Obreras, estudian los perfiles que demandan las empresas y asesoran a los desempleados para acceder a dichos puestos. De hecho, el delegado local sostiene que “la relación con el mundo empresarial siempre ha sido buena y con la administración local también, lo cual no quiere decir que no existan discrepancias. Pero siempre ha primado el consenso y el interés general de ciudad y de sus habitantes”.
En la actualidad, UGT-L’H cuenta con unos 4.850 afiliados, lo que supone aproximadamente el 3,3% del total de Cataluña. El número de delegados sindicales ronda los 700, que se distribuyen principalmente en los siguientes sectores: Federación de Servicios (168); Comercio, Turismo, Hostelería y Juego (152); Metal, Construcciones y Afines (144); Federación de Servicios Públicos (124); Federación Nacional de Transportes, Comunicaciones y Mar (68) y Federación de Industrias y Trabajadores de Agroalimentaria (47).
Ciudad con peso en servicios
Por empresas, el sindicato cuenta con mayor número de delegados en la de vigilancia y seguridad Barna Porters (26), Caprabo (23), el Ayuntamiento (16), Central y Unidades Móviles de Emergencia Móviles SEM (14), V2 Complementos Auxiliares (13), Izasa Distribuciones Técnicas (13) o el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (13), entre otras. Estos datos permiten corroborar, una vez más, que L’Hospitalet ha dejado de ser una ciudad industrial para hallarse plenamente volcada en el sector servicios.
La situación de los trabajadores en las empresas se ha complicado, según Barrachina, desde 2009, tras el giro económico llevado a cabo en la segunda legislatura del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ya que se multiplicaron los expedientes de extinción o cierre, primero, y parciales o temporales, posteriormente. Ahora bien, continúa el delegado local, la reforma laboral llevada a cabo por el gobierno de Mariano Rajoy en febrero de 2012 tampoco ha ayudado a la creación de empleo: “Yo creo que es un problema de inversión, de adaptación y de políticas neoliberales”.
Generar confianza
Joan Ramon Barrachina es consciente de que poseen poco margen de maniobra para cambiar la política económica europea. Por ello, prefieren centrarse en cuestiones más concretas y útiles para la ciudadanía. No obstante, reconoce que la institución sindical, como tal, se halla en crisis. Y su explicación va más allá del bache económico que impide que muchos afiliados puedan pagar sus cuotas: “Los partidos políticos, la Iglesia y los sindicatos somos organizaciones antiguas, que se fundamentan en una jerarquía; y, mientras unos pierden militantes y otros feligreses, nosotros perdemos afiliados. Al final es un problema de credibilidad porque no sabemos adaptarnos. Y si no evolucionas en paralelo a la sociedad acabas estando a destiempo o mueres”. Desde luego, los presuntos casos de corrupción en la UGT de Andalucía no contribuyen a ganarse la confianza de los trabajadores, si bien Barrachina considera que ni puede ni debe generalizarse. “En todas las organizaciones hay gente corrupta. Yo sí que puedo responder por mi territorio y te aseguro que, al menos desde que yo estoy, ni una peseta sale sin que pase por 20.000 manos y siempre mirando que no haya nada fraudulento. Si realmente hay corrupción, hay que identificarla y perseguirla. Y si tiene que dimitir una ejecutiva entera, pues que dimita”.El máximo representante de la UGT en L’Hospitalet también se muestra orgulloso de su equipo, en el cual, asegura, prima el buen ambiente, el compañerismo y se trabaja “todos a una”.
Es un “error” depender de subvenciones
A pesar de las dificultades, Barrachina no se resigna a que las cosas continúen como hasta ahora. Así, considera un error que los sindicatos dependan de las subvenciones y estima que se han de buscar otras formas de hacer viables estas organizaciones. Como mal menor, propone seguir el modelo alemán, donde no existen subvenciones directas sino en función de programas u objetivos y cuyos logros afectan únicamente a los afiliados, no a todos los trabajadores. Y no pierde la fe en las organizaciones sindicales: “Es importante que la gente esté organizada y unida, en el sindicato que quieran, sobre todo en los tiempos que corren, justamente para hacer piña e ir en contra de las políticas que nos van a dejar sin nada”.
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Cataluña, la comunidad con más delegados de UGT en toda España
El sindicato Unión General de Trabajadores resume su esencia con tres adjetivos: “reivindicativo, comprometido y progresista”. Nacida en 1888 e inspirada en el ideario socialista, la organización ha sobrevivido a la dictadura de Primo de Rivera, la Guerra Civil y el franquismo, entre otras peripecias. Actualmente, UGT cuenta con aproximadamente 1.169.000 afiliados y 108.746 delegados, según datos del sindicato a febrero de 2013 y diciembre de 2012, respectivamente. Cataluña es la comunidad con mayor número de delegados, con cerca de 23.000, por delante de Andalucía y Madrid; y segunda en número de afiliados, con unos 147.000, por detrás de Andalucía, según datos de diciembre de este año facilitados por la organización catalana. Desde la democracia, UGT ha contado con dos secretarios generales: Nicolás Redondo Urbieta (1976-1994) y Cándido Méndez Rodríguez (1994-actualidad). En Catalunya han ocupado el cargo cuatro personas: Luis Fuertes (1976-1982), José Valentín Antón (1982-1983), Justo Domínguez (1983-1990) y Josep Maria Álvarez (1990-actualidad). Álvarez (Belmonte, Asturias, 1956) llega a Barcelona en 1975, donde comienza a trabajar en la empresa Maquinista Terrestre y Marítima (actual Alstom). Se afilia a UGT y en 1980 es elegido secretario de organización de la Federación del Metal de UGT-Catalunya, momento a partir del cual irá ocupando diversos puestos hasta llegar a ser nombrado secretario general en 1990, cargo en el que perdura hasta la fecha, batiendo la marca de nada menos que 24 años. Su mandato se caracteriza, entre otras cuestiones, por reforzar la lengua catalana y la soberanía de la organización en Cataluña. ||
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UGT BAIX LLOBREGAT
Xavier Juanto, el secretario comarcal del consenso y la integración
Desde la llegada de la democracia hasta el día de hoy, la Unión Comarcal del Baix Llobregat ha contado con seis secretarios generales: Manuel García García, (1976-1981), Josep Maria Rañè (1981-1990), José Luis Morlanes (1990-1998), Juan José Casado (1998-2009) y Xavier Juanto (2009-actualidad). Xavier Juanto (Barcelona, 1954) se afilió a la UGT en 1976, cuando trabajaba en la fábrica de la empresa de automoción Seat. Recuerda esos momentos como ilusionantes, ya que hacía poco tiempo que había muerto Franco y todo estaba por construirse, una etapa de crecimiento donde aprendió mucho al lado de históricos como Joan Codina o Pepe Álvarez. Eso sí, a base de “golpes”.
El único que hablaba catalán
Sus primeras responsabilidades dentro de la “estructura” de la organización se centraron en tareas de prensa y organización, en la Federación del Metal. Juanto recuerda, con la sonrisa en la boca, por qué le pidieron que se encargara de la relación con los medios: “Era el único que hablaba catalán”.
Al pasar de la fábrica al centro técnico, Juanto dejó de lado sus responsabilidades en el sindicato, volviendo a incorporarse a principios del siglo XXI, siendo elegido secretario comarcal del Baix Llogregat en 2009. Desde entonces, intenta seguir la política de la organización sin renunciar a su estilo personal, que define como de consenso e integración: “Me gusta hacer las cosas pacíficamente. No me gusta excluir, tal vez un poco por la antigüedad y la experiencia”. ||
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UGT L’HOSPITALET
Joan R. Barrachina, el filósofo que dialoga y el enfermero que vela por el equipo
La Unión General de Trabajadores de L’Hospitalet ha contado con ocho secretarios generales, sin sumar a Isidoro Baniandrés, el presidente de la Comisión Gestora que se formó entre 1991 y 1992.
El primero fue Juan Ignacio Pujana (1976-1980), quien abandonó el cargo para ser el primer alcalde democrático de la ciudad por el PSC-PSOE entre 1979 y 1994. Posteriormente, le seguirían José Hernández (1980-1984), Meritxell Josa Campoamor (1984-1985) y Pedro Santos (1985-1991). Tras una crisis interna y social, se nombra a José Antonio Alcaide (1992-1994), quien se marcharía en breve al Secretariado Nacional de Cataluña (SNC) del sindicato. Le sustituirá Nicolás Cortés Rojano (1994-1998), funcionario del Ayuntamiento de L’H. José Antonio Franch Matarrodona (1998-2010) también se marchó al SNC y fue reemplazado por Joan Ramón Barrachina Casals (2010-actualidad). El actual representante local (Barcelona, 1963) posee formación filosófica y trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de L’Hospitalet desde 1992. En 1997 comenzó a colaborar con el sindicato como presidente del Comité de empresa del centro hospitalario. Tras ocupar varias secretarías en la Federación de Servicios Públicos de la UGT de L’H y Cataluña, Barrachina también ha trabajado para la organización sindical en el Vallès Oriental-Maresme y Girona, siendo liberado sindical de forma completa desde 2004. En junio de 2010 renuncia a la Secretaría General en Girona y se traslada a L’Hospitalet como secretario general, hoy denominado delegado local. Barrachina se define como negociador y dialogante, así como generador de equipos y “sinergias positivas” entre las personas, buscando siempre más lo que las une que lo que las separa.
“Quizás la vocación de cuidador y organizado, mezclado con la formación humanística, han hecho posible ese perfil”, explica. ||