Shortime: cine de autor en la comarca

Fran Granada tiene 27 años y estudió Bellas Artes. Apasionado del cine y de todo lo que rodea a este mundo, Granada se decidió, por fin, a crear sus propios cortos. Omega, un cortometraje dedicado a su madre, fue presentado en el Festival de Sitges de antaño y con muy buena crítica por parte de periódicos como ‘El País’.

Esta buena recepción fue la chispa que encendió el fuego. Fran Granada embarcó en un nuevo proyecto que ahora ya celebra su segunda temporada: Shortime. Con un objetivo complicado a la vez que motivador, el gran reto de su trabajo es crear un cortometraje en tan sólo una semana.

El mundo del arte también congrega a emprendedores. Con pocos recursos, Granada es capaz de encandilar a un público que va creciendo paso a paso. Joven, con vocación y con ganas de triunfar: el talento vive en Sant Boi de Llobregat.

Shortime es un producto muy “diferente, nuevo y difícil”: consiste en ir grabando un corto por semana, con todo el trabajo de guión, grabación, edición y producción que ello conlleva. Actualmente se está llevando a cabo la segunda temporada –cada sábado se sube el corto en Youtube.

La primera temporada es “bastante experimental y tiene impregnado mi estilo”, afirma Granada. La segunda es una miniserie que se compone de cuatro capítulos de distinto estilo de terror cada uno y que, además, empieza por el final. Granada ya tiene en mente una tercera y cuarta temporada, de comedia y ciencia ficción, respectivamente.

“Con cada corto que subimos, suben las subscripciones”. El proyecto nació en noviembre y va ganando seguidores a medida que va avanzando. Asimismo, cada cortometraje es independiente con la idea de “presentarlo a festivales y concursos” para intentar ganar una mejor “proyección de nuestro trabajo”.

En los festivales internacionales “te contestan siempre; aquí, no”. Granada se muestra muy crítico con el recibimiento de su proyecto por algunos sectores de la industria: “el talento nuevo parece una amenaza”. Partiendo de esta premisa, él tiene claro que “hay que picar todas las puertas y llamar la atención”.

Gracias a las redes sociales, Shortime se mueve cada día más. También cuentan con mucha gente que quiere participar en él, entre los cuales destaca “la voz de un doblador excepcional”: Sergi Zamora (Matthew McConaughey y Keanu Reeves, entre otros). El resto de intérpretes dicen estar “ayudando a que el proyecto crezca cada día”.

Un cortometraje se proyectó en los cines Can Castellet de Sant Boi, con presentación incluida. “Nuestra primera proyección en un cine fue increíble”, proclama Fran Granada. El 20 de mayo se presentará su trabajo en el Teatro Quevedo de Madrid, algo que ellos esperan con mucha expectación.

¿Low cost? No, gratis

El proyecto de Fran Granada no cuenta con ningún tipo de ingresos y, por lo tanto, tampoco invierte una gran cantidad de dinero, aunque sí de tiempo. El propio artista asegura “hacerlo todo gratis”: a su cargo corren la dirección, el guión, la fotografía, el sonido, la edición, el vestuario, el maquillaje…

Según Granada, para que una obra de estas características triunfe “has de tener un muy buen proyecto entre manos, saber vender tu idea” pero, sobre todo, “ser diferente”. La clave está en “ofrecer algo nuevo, que llame mucho la atención, para que la gente se sume a un proyecto sin que puedan recibir una compensación económica”.

“Con poco se puede hacer mucho”. Granada está muy orgulloso de su producto teniendo en cuenta sus condiciones económicas: “soy consciente de que un 80% de mis limitaciones tiene que ver con mi presupuesto. Mi proyecto ganaría mucho en calidad si estuviera financiado”.

Lo mejor es que el proyecto engancha: “cada día hay más gente que se suma a Shortime”. La clave está en que las partes se necesiten mutuamente, “lograr una conexión en la que ambos podamos aprovechar este trabajo”.

El cine también emprende

Fran Granada es un emprendedor de pura cepa: de la nada creó un proyecto que cada día entusiasma a más gente. Por ello, siempre lleva consigo su mayor premisa: “empieza tú solo, lo que importa es tu idea; hazlo, no te quedes parado”. La meta nunca debe obcecar, sino que hay que apreciar cada pequeño detalle; “disfruta del viaje, no del fin”. El atrevimiento y la valentía es algo que caracteriza a todos los emprendedores. Granada recomienda “tirarse a la piscina y romper muros”, a la vez que “superar los obstáculos, buscar soluciones, adaptarse a lo que uno tiene”, pues es entonces cuando “sabes que es vocación absoluta”. Y, precisamente, para esto, para tirarse a la piscina, el arte del cortometraje ofrece un mundo de posibilidades experimentales infinito para los jóvenes.

El séptimo arte es especial y Fran Granada tiene claro que siempre que se pone a escribir tiene que hacer “el guión de su vida, apuntar alto: si luego hay que recortar, no hay problema”. Así pues, lo más importante para alguien que está iniciando su sueño es “no ser uno mismo quien se ponga límites, siempre habrán otros que lo harán por ti”.

Respecto a su proyecto, Granada asegura no saber “cuál es el siguiente paso”. Lo trascendente es no dejar nunca de hacer cosas: “me muevo sin parar para intentar avanzar con mi idea, pero es agotador”. Es vital ser constante y estar siempre ahí, en la primera línea de fuego. “Yo tengo fe, y dicen que la fe mueve montañas”.

La idea del ‘hazlo tú mismo’, a veces, no está bien apreciada. En Omega, Fran Granada dice haberlo “hecho todo” porque “no tenía más remedio”. “En España, una persona que vale para todo está mal vista”; en cambio, en Estados Unidos “ocurre todo lo contrario”.

El talento vive en la comarca
La mayor parte de las escenas de los cortometrajes de Fran Granada están grabadas en su pueblo, Sant Boi de Llobregat, “por accesibilidad”, aunque otros compañeros profesionales le han recomendado otros lugares.

En Sant Boi, Granada afirma que se lo ha puesto “todo muy fácil”, aunque él también ha trabajado mucho esta vertiente: “me he reunido mucho con el Ayuntamiento”. Este intercambio cultural beneficia a ambas partes: por un lado, Granada consigue avanzar con su sueño y, por otro, Sant Boi logra dinamismo y una mejor proyección cultural.

Aunque Fran Granada puede disponer de su pueblo para las grabaciones, no todo ha sido siempre fácil: en el Prat de Llobregat tuvo algún que otro problema: “me dijeron que tenía que pagar”. De este modo, según el artista “no hay posibilidad de avanzar”, y plantar un trípode tiene que ser algo “libre” para todo el mundo. “Yo voy a seguir con mi sueño: donde un problema es un reto para mí”.

La fuga de cerebros es ya habitual en nuestro país. Quienes quieren avanzar en el mundo del cine tienen un gran escaparate internacional donde ir. Pero, he aquí el dilema: “en España no está todo dicho, es fácil destacar porque es más factible llamar la atención; pero en Estados Unidos hay más oportunidad”. Por su parte, Fran granada postula que “aquí aún se tienen que decir muchas cosas en el mundo del cine: me queda mucho por aprender y por enseñar”. De forma muy crítica, Granada reitera que “en Estados Unidos tu producto habla por ti. En España la gente se mueve más por contactos”.