B 25

La construcción de la autovía B-25, que conectará la A-2 con la C-32, está afectando de forma directa y notoria al tráfico en Sant Boi, por lo que se recomienda utilizar alguna de las tres rutas alternativas sugeridas para evitar congestiones. Las obras, que avanzan rápidamente, mejorarán los accesos a la ciudad y reducirán el tráfico en el centro urbano al desviar unos 35.000 vehículos diarios.

Que acaben de retomarse las obras de construcción de la B-25 después de más de 30 años de parones, retrasos, rediseños y dimes y diretes, puede entenderse también como una metáfora del Sant Boi de las últimas décadas, más allá de su importancia viaria global y del enorme alivio para va a suponer para el tráfico rodado de la localidad.

Sant Boi está ejecutando el proyecto de mejora de la autovía B-25, una de las principales vías de la ciudad. A principios del mes de agosto, se ha cortado el acceso a la BV-2002, con rutas alternativas según el destino y el origen de los vehículos. Desde el día 23 de agosto, la circulación por la BV-2002 ha vuelto a la normalidad, aunque se ha cerrado la salida hacia la C-245 desde el centro de la ciudad

Después de una década de espera, por fin se reinician las obras de la conexión entre la autovía del Baix Llobregat (A-2) y la autopista Pau Casals (C-32), en Sant Boi, una nueva autovía que se conocerá como B-25. Ya se han colocado los primeros paneles informativos, aunque los tabajos serán más visibles en agosto, cuando también se programarán algunas restricciones de tráfico . El proyecto incluye ocho actuaciones complementarias y un carril bici paralelo a la autovía. Las obras durarán dos años y se minimizará el impacto en la circulación,