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Juventud

15/12/2024@16:00:00
Útimamente se utiliza el término desafección para referirse a la desmotivación creciente de la ciudadanía por los asuntos de la política.Es evidente que en los comicios de diferente ámbito que hemos afrontado en el reciente ciclo electoral, la alta abstención refuerza la realidad de un cansancio ciudadano que, en mi opinión, es multifactorial.

Después del regreso vacacional, nos hemos encontrado con la tozuda realidad, no sólo en el ámbito familiar, profesional o académico.

"Jirones de la Transición", recopila informaciones publicadas a lo largo del tiempo en diversos medios. Referidas al decenio posterior a la muerte de Francisco Franco. Con especial atención a la situación de la juventud en el periodo 1975-1981 y a los primeros años de existencia del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).

La actitud que los jóvenes mantienen ante la sociedad es siempre tema de permanente comentario, aunque se deba al distinto parecer de las generaciones adultas y las jóvenes acerca de los patrones de la misma sociedad. Máxime en un contexto social en que de un lado la crisis económica amenaza constantemente con la reducción de la capacidad adquisitiva y, de otro, que a lo largo de la transición política no se ha sabido sustituir la concepción ideológica de la dictadura por una nueva filosofía para la libertad. En esta situación, las barreras intergeneracionales se hacen más agudas y la marginación de los jóvenes respecto a la sociedad aumenta.

Los problemas que vivimos en cada área social transcienden su dimensión concreta y vienen a configurar una situación social ante la que es difícil ser optimista. Es a este "marco social" al que nos referimos cuando, con la palabra crisis, pretendemos definir un concepto que globaliza todas y cada una de las dificultades entre las que se desarrolla nuestra vida. Cuando hablamos de crisis de cultura o de crisis de civilización nos referimos a lo obsoleto de los principios que informan la "civilización occidental", a las contradicciones que el sistema genera, sin ser capaz de superarlas.

El capitalismo ha venido a encontrar en los movimientos culturales, artísticos y musicales que se han producido en los últimos veinte años, un mercado específico donde encajar una serie de bienes de producción, incluso un mercado en el que se pueda controlar la intensidad de la demanda. La juventud, como sector social, no es ajena a esta dinámica. La asimilación por parte del sistema de tales movimientos, no la ha podido realizar sin que se vieran afectados los valores culturales dominantes; es decir, si bien es cierto que a causa del desarrollo de las fuerzas de producción el sistema favorece la aparición de determinados usos como la pornografía, por ejemplo, esto supone una contradicción con su propio sistema de valores que se nos presenta como algo obsoleto(1).

Todos sabemos que son mucho más rentable las malas noticias que aquellas que despiertan cierta positividad y esperanza.
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LOS INCÓMODOS

Yo soy Giorgia, soy mujer, soy cristiana, soy italiana y no me arrepiento de ello”, esta es la autodefinición gritada, en muchos actos públicos de Giorgia Meloni (47 años) la primera ministra mujer de Italia, -un país muy viril-, cuya clase política profesional, la ha menospreciado, por ser una joven bajita (1,63) de estudios medios; pero pasando eso sí de en diez años, con su partido de un 4% de votos a un 28,8%.

Las sociedades con un alto índice de industrialización son sociedades afectadas por graves problemas de convivencia ciudadana. La necesidad que tiene el sistema de producir cada vez más supone que los problemas de adaptación social de cada ciudadano hayan de contemplarse en un plano secundario. El ciudadano, en las sociedades industrializadas, es un sujeto que produce y consume a partir de unos mínimos impuestos por la propia dinámica social.

En las últimas consultas electorales ha sido una constante el altísimo porcentaje de abstención que se ha producido entre la juventud. En ello ha influido, indudablemente, el sentimiento de "desencanto" común a toda la población, sentimiento que ha afectado de una forma particular a la juventud.

La juventud como "categoría social" no ha existido siempre. Podemos decir que su evolución es simultánea a la de la propia sociedad capitalista. A medida que asistimos al desarrollo de las fuerzas de producción, la juventud se afianza como realidad social. Es ya bien entrado el siglo XX cuando podemos empezar a hablar propiamente de la juventud como sector social y de movimiento juvenil.

La Unió de Pagesos, fundada en 1974, ha tenido varios líderes a lo largo de los años y el relevo generacional continúa. Las protestas recientes en Europa por las normas ambientalistas y los altos costos han llegado a España y Portugal y sus consecuencias se han hehco notar en la comarca, donde los agricultores han bloqueado este martes los accesos a Mercabarma. En el Parc Agrari del Baix Llobregat, tres nuevos líderes agrarios han surgido y su objetivo es influir en sus sindicatos para mejorar la situación del sector. La juventud se impone en el poder sindical y organizativo.