Después de una década de espera, por fin se reinician las obras de la conexión entre la autovía del Baix Llobregat (A-2) y la autopista Pau Casals (C-32), en Sant Boi, una nueva autovía que se conocerá como B-25. Ya se han colocado los primeros paneles informativos, aunque los tabajos serán más visibles en agosto, cuando también se programarán algunas restricciones de tráfico . El proyecto incluye ocho actuaciones complementarias y un carril bici paralelo a la autovía. Las obras durarán dos años y se minimizará el impacto en la circulación,