La actitud que los jóvenes mantienen ante la sociedad es siempre tema de permanente comentario, aunque se deba al distinto parecer de las generaciones adultas y las jóvenes acerca de los patrones de la misma sociedad. Máxime en un contexto social en que de un lado la crisis económica amenaza constantemente con la reducción de la capacidad adquisitiva y, de otro, que a lo largo de la transición política no se ha sabido sustituir la concepción ideológica de la dictadura por una nueva filosofía para la libertad. En esta situación, las barreras intergeneracionales se hacen más agudas y la marginación de los jóvenes respecto a la sociedad aumenta.